La Maratón Nacional de Oración, una de las expresiones de fe más emblemáticas del calendario espiritual paraguayo, celebrará este año su edición número 26 bajo el lema “Herencia Eterna”. La convocatoria, abierta a toda la ciudadanía, se desarrollará desde las 19:00 del viernes 8 de agosto hasta la misma hora del sábado 9, en el Polideportivo del Colegio Johannes Gutenberg, ubicado en la ciudad de Lambaré.
La actividad es impulsada por la Fundación Jesús Responde al Mundo de Hoy, y reúne cada año a miles de creyentes de distintas denominaciones cristianas que se unen en un solo clamor por el país. Según detalló Walter Dick, vocero de la organización, esta edición busca poner el foco en el legado espiritual que los cristianos deben dejar a las nuevas generaciones. “Creemos que la mejor herencia no es lo material ni lo terrenal, sino la fe en Cristo. Esa es la verdadera herencia eterna”, afirmó.
En línea con este enfoque, una de las características distintivas de esta edición es que la organización general está a cargo de un equipo compuesto por personas menores de 40 años. “Queremos impulsar a la nueva generación. Ellos están liderando toda la logística, mientras que los más experimentados acompañamos y apoyamos desde atrás”, explicó Dick.
Durante las 24 horas de duración del evento, se desarrollarán tiempos de oración, alabanza, intercesión y mensajes pastorales. La participación es libre y flexible: los asistentes pueden acudir en cualquier momento y permanecer el tiempo que deseen. No es necesario registrarse previamente.
“El llamado es a toda la iglesia del Paraguay. Este no es un evento de una denominación, sino un espacio donde no hay títulos ni nombres, solo hijos de Dios unidos por un mismo sentir, como en el libro de los Hechos”, expresó Dick. El cierre se llevará a cabo el sábado en horas de la noche con una celebración especial de agradecimiento.
Con 26 años de historia ininterrumpida, la Maratón Nacional de Oración se ha consolidado como un punto de encuentro para la unidad del pueblo cristiano en Paraguay, constituyéndose en una jornada de profunda expresión espiritual, compromiso intergeneracional y renovación de fe.
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