El profesional internacional, que actualmente reside en Colombia, manifestó que en la primera etapa es fundamental “monetizar” el gas natural directamente en el lugar de producción, lo que se puede lograr mediante sistemas de generación eléctrica distribuidos y modulares, usando tecnologías como turbinas a gas tipo Brayton o motores alternativos adaptados para gas húmedo o GLP. Acotó que estos sistemas tienen la capacidad de proveer energía confiable a comunidades rurales, parques industriales y zonas de frontera, impulsando así el desarrollo económico local y mejorando la calidad de vida de sus habitantes.
Añadió que luego, en una segunda fase, el modelo puede evolucionar hacia micro-redes híbridas, combinando la generación con gas natural y energía solar fotovoltaica, junto con soluciones de almacenamiento energético. “Este enfoque no solo optimiza recursos, sino también aporta resiliencia y sostenibilidad al sistema energético, especialmente en áreas remotas o con acceso limitado a la red eléctrica tradicional”, explicó.

Finalmente, -agregó- con volúmenes constantes y una base sólida de producción, Paraguay podría justificar inversiones en infraestructura de gasoductos para conectar su propia producción con mercados regionales estratégicos como Brasil y Argentina, abriendo así oportunidades comerciales y posicionándose como un “actor clave” en la integración energética del Cono Sur.
OPORTUNIDAD PARA LOS INVERSIONISTAS
El ingeniero Vielma aseguró que para el inversionista esta ruta representa una oportunidad para participar en un desarrollo ordenado, con retornos crecientes, que combina impacto social, innovación tecnológica y expansión comercial.
Consultado sobre si Paraguay podría replicar experiencias exitosas como las del Vaca Muerta, en Argentina, o Marcellus Shale en EE.UU., contestó: “La respuesta es sí, pero siempre adaptando esas experiencias al contexto y la escala específica de Paraguay. Vaca Muerta y Marcellus son referentes globales en el desarrollo de yacimientos no convencionales, que han requerido inversiones masivas y una infraestructura robusta. Paraguay tiene la oportunidad de replicar el modelo técnico y operativo de estas regiones, pero con un enfoque modular y escalonado, empezando con proyectos piloto más compactos y manejables. Esto implica el uso de tecnologías avanzadas como la perforación direccional, el fracking multietapa y la geonavegación, que permiten maximizar la productividad de campos más pequeños con eficiencia y control de costos”.
Aclaró que el éxito dependerá, además, de construir conocimiento local sólido, formar talento nacional especializado y atraer socios estratégicos con experiencia en exploración de frontera y desarrollo de recursos no convencionales. “Para los inversionistas, esto significa ingresar a un mercado emergente con alto potencial de crecimiento, donde la innovación tecnológica y el desarrollo sostenible se combinan para abrir nuevas fronteras en la producción de hidrocarburos, con una visión clara y un riesgo controlado”, subrayó.
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