Asunción, RCC.- La titular de la cartera de Trabajo reconoció que esto podría revertirse sólo aunando esfuerzos entre todos los sectores que trabajen contra la discriminación y violencia. Es decir, mediante trabajos en cooperación entre varios ministerios ya sea de Trabajo, de la Mujer, de Industria y Comercio e incluso las empresas del sector privado.
“Todo esto nos tiene que llevar a entender que solamente aunando esfuerzo con el sector empresarial podemos llegar a revertir lo que hace a la desigualdad en el empleo entre hombres y mujeres y la discriminación”, indicó Bacigalupo.
La ministra dijo que según informes de países de América Latina el 75% de las mujeres estudian oficios de baja productividad y esto no puede continuar ni en América Latina y por supuesto tampoco en Paraguay. Ya que las mujeres tienen las mismas capacidades para acceder a ciertos tipos de trabajos que realizan los hombres.
“Por eso estamos iniciando una campaña muy fuerte para animar a las mujeres a que estudien oficios y tecnicaturas que también estudian los hombres en igualdad de condiciones”, resaltó la ministra.
Dijo que con este tipo de iniciativas, el de generar oportunidades de capacitación y empleo a las mujeres, se busca hacerle entender a las mismas que son capaces y que pueden estudiar un oficio como el de tecnicatura que hacen los hombres, ya que gracias a esto podrán tener un mejor trabajo y un mejor nivel salarial.
Tipos de violencias más comunes:
- Violencia psicológica: Es toda conducta activa u omisiva ejercida en deshonra, descrédito o menosprecio al valor o dignidad personal, tratos humillantes y vejatorios, vigilancia constante, aislamiento, marginalización, negligencia, abandono, comparaciones destructivas, amenazas y actos que conllevan a las mujeres víctimas a disminuir su autoestima, a perjudicar o perturbar su sano desarrollo y a la depresión e incluso al suicidio.
- Violencia sexual: Es toda conducta que amenace o vulnere el derecho de la mujer a decidir voluntaria y libremente su sexualidad, comprendiendo ésta no sólo en el acto sexual, sino toda forma de contacto o acceso sexual.
- Violencia patrimonial y económica: Incluye todo acto que genere limitaciones económicas encaminadas a controlar sus ingresos, o la privación de los medios económicos indispensables para vivir.
- Acoso u hostigamiento: Es toda conducta abusiva y especialmente los comportamientos, palabras, actos, gestos, escritos o mensajes electrónicos dirigidos a perseguir, intimidar, chantajear, apremiar, importunar, vigilar a una mujer, y que atenten contra su estabilidad emocional, dignidad, prestigio, integridad física o psíquica, o que puedan poner en peligro su empleo, promoción, reconocimiento en el lugar de trabajo o fuera de él.
- Violencia doméstica: Aquella conducta activa u omisiva, constante o no, de empleo de fuerza física o violencia psicológica, intimidación, persecución o amenaza ejercida contra una mujer por un integrante del grupo familiar.
- Violencia laboral: Es la discriminación hacia la mujer en los centros de trabajo públicos o privados que obstaculicen su acceso al empleo, ascenso o estabilidad en el mismo, tales como exigir requisitos sobre el estado civil, maternidad, la edad, la apariencia física o buena presencia, o la solicitud de resultados de exámenes de laboratorios clínicos, que supeditan la contratación, ascenso o la permanencia de la mujer en el empleo.
- Violencia institucional: Son las acciones u omisiones que realizan las autoridades, funcionarios y funcionarias, profesionales, personal y agentes pertenecientes a cualquier órgano, ente o institución pública, que tengan como fin retardar, obstaculizar o impedir que las mujeres tengan acceso a las políticas públicas y ejerzan los derechos previstos en las leyes para asegurarles una vida libre de violencia.
- Violencia mediática: Aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, así como también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres.
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