Filadelfia, RCC.- Schroeder consideró que la situación es muy triste en ese sentido, porque en algunos establecimientos no hay ni un metro cuadrado de pasto para el alimento de los animales, por lo que los dueños decidieron comercializar su hato o mudar a otros lugares donde hayan aún reservas. La sequía sigue causando estragos en el Chaco.
«Pude ver grupos grandes de animales que sobreviven solamente gracias al suplemento que se le da, el heno o la caña dulce que le proporciona el ganadero, con esto muy fácilmente podemos concluir que no es rentable para la ganadería, hablamos directamente de pérdida en ganadería, pero la cuestión no es si haya ganancia o no, sino más bien salvar lo que se pueda, el ganadero no se puede permitir que todo su hato ganadero se muera, no tienen de otra», aseveró.
Hay establecimientos en donde no hay ganado para vacunar, porque los propietarios consiguieron otros sitios en donde trasladan temporalmente el hato para que puedan seguir alimentándose y sobrevivir. En otros hay una disminución tremenda de la hacienda por la venta masiva y al precio más bajo del mercado ante el miedo de que se agrave la situación.
Schroeder mencionó que en algunas zonas del Chaco la situación ya es catastrófica e insostenible, «lo más deprimente es que los pronósticos de lluvia tengo entendido que es baja en agosto para el Chaco central», dijo.
El presidente de Cosanzo 17 animó a los productores a seguir luchando y perseverando ante esta crisis, además instó a las autoridades nacionales a implementar mecanismo que puedan ayudar a mitigar el impacto en la ganadería local.
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