FILADELFIA, (Chaco 4.0 – Especial para RCC) – Cada vez que Rusia rechaza un cargamento de carne paraguaya salta a primer plano el tema del uso de antibióticos en la cría de ganado bovino. El último episodio ocurrió a mediados del año pasado cuando fueron rechazados embarques provenientes de tres frigoríficos nacionales alegando que contenía residuos del antibiótico tetraciclina, utilizado por la generalidad de los ganaderos como fármaco en el tratamiento de animales durante los periodos de cría y engorde.
El Paraguay no es el único que experimentó sanciones. También el complejo de la carne de Argentina fue impactado con el rechazo de envíos procedentes de 13 frigoríficos por las mismas razones.
Las autoridades sanitarias rusas establecieron un periodo de carencia de entre 90 a 120 días. Es decir que para exportar a Rusia, el productor tiene que abstenerse de usar antibióticos durante ese tiempo. Esta regla está muy por encima de la establecida por la Organización Mundial de Comercio (OMC) que permite la presencia de hasta 100 microgramos por kilo en los cortes a ser comercializados.
CRIA Y ENGORDE – El Dr. Marcos Medina, ex Ministro de Agricultura y Ganadería y actualmente presidente de la Comisión de Carne de la Asociación Rural del Paraguay, considera que el uso de antibióticos en la cría y engorde de ganado vacuno presenta problemas cuando el productor –y el personal de campo- no aplican un criterio riguroso en el uso de estas sustancias que deberían ser utilizadas únicamente para el tratamiento de cuadros clínicos que así lo ameritan. Sin embargo, muchas veces por falta de conocimiento, los antibióticos se administran de manera incorrecta, por ejemplo, cuando en las dosis por debajo de lo recomendado, o de manera innecesaria.
“Hay dos periodos bien definidos en la producción bovina: cría y engorde –señala el Dr. Medina-. En la cría y en el engorde a pasto, los antibióticos se usan con fines terapéuticos. Sin embargo, en el caso del engorde intensivo, los antibióticos se utilizan principalmente como inductores de crecimiento, lo cual predispone a la resistencia antimicrobiana”.
“No es el caso de Paraguay –remarca el Dr. Medina- porque nuestro sistema de producción es en base a pasto principalmente. Pero en otros países el uso de antibióticos en la producción de carne es una práctica generalizada puesto que una parte importante de la rentabilidad depende su utilización en el engorde intensivo principalmente”
Respecto al periodo de carencia de hasta 120 días exigido por Rusia, el Dr. Medina explicó que es un requisito del mercado ruso y por lo tanto debemos hacer los ajustes necesarios para satisfacer a los consumidores de la carne paraguaya.
“Sin embargo –enfatizó- también esperamos que la exigencia de estos periodos de carencia responda a un criterio técnico y científico y no como una barrera comercial o como salidas que surgen durante determinadas coyunturas de mercado”.
MAYOR TRAZABILIDAD — Medina estima que el uso de antibióticos en ganadería debe ser vigilado con mayor rigor, dada la creciente resistencia hacia los efectos benéficos de dichos productos farmacéuticos, resistencia que preocupa principalmente a la hora de tratar enfermedades microbianas que afectan a la salud humana. Es así que en el año 2018 se aprobó el Plan Nacional de Resistencia Antimicrobiana y a través del Senacsa se implementó un sistema de monitoreo a nivel país.
“El control de uso de antibióticos y la observancia de los periodos de carencia se pueden constatar fehacientemente en los establecimientos ganaderos bajo régimen de trazabilidad –agregó el Dr. Medina-. El sistema obliga a reportar todo lo que el criador hace con su ganado, desde que nace hasta que es llevado a la faena, detalle por detalle. Eso impide que se obvien datos con respecto al periodo de carencia al momento de enviar animales a faena.
“Creo que avanzando hacia un sistema de trazabilidad-país, una de las ventajas es que se podrá ordenar mejor el uso de antibióticos y disminuir la incidencia de episodios como el de Rusia” finalizó el Dr. Medina.
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