El equipo del programa de protección infantil conocido como «los chalecos rojos» acudió al lugar tras la denuncia. En coordinación con la Policía Nacional y el Ministerio de la Defensa Pública, confirmaron la situación de vulnerabilidad y tomaron medidas urgentes para salvaguardar al menor.
Al llegar al sitio, los profesionales constataron que el niño presentaba un estado de salud preocupante, por lo que fue trasladado de inmediato al Hospital General Pediátrico Niños de Acosta Ñú. Allí, médicos y trabajadores sociales confirmaron un diagnóstico compatible con un síndrome de privación social, consecuencia de la falta del deber de cuidado.
“El niño llegó con signos de desnutrición, parasitosis y un evidente cuadro de abandono. Fue derivado desde el Centro de Primeros Cuidados Kuarahy Resẽ para un seguimiento más exhaustivo”, detalló el Director del Hospital Pediátrico Acosta Ñu, Héctor Castro.
Tras recibir la atención médica y el cuidado necesarios, el menor fue entregado nuevamente a un centro de protección. La Defensora del caso determinó la separación inmediata del entorno familiar y la inclusión del niño en el programa Familias de la Guarda. Actualmente, el menor se encuentra sano, seguro y rodeado de afecto gracias a una familia temporal.
“Desde el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia trabajamos de forma coordinada con distintas instituciones para asegurar el bienestar de nuestros niños. Casos como este nos recuerdan que no podemos normalizar la explotación infantil”, expresó el Ministro de Niñez y Adolescencia Walter Gutiérrez.
Finalmente, las autoridades hicieron un llamado a la ciudadanía: “No des monedas. Denuncia. Todos somos responsables de proteger a la niñez”.
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