Siete bombarderos B-2 despegados desde la Base Aérea Whiteman, en Misuri, protagonizaron lo que el Pentágono describió como el mayor bombardeo realizado con estos aviones en la historia, en el marco de la operación denominada ‘Midnight Hammer’ (Martillo de Medianoche). El ataque se dirigió a destruir instalaciones nucleares en Isfahán, Natanz y Fordó, enclaves clave para el programa atómico iraní.
La operación combinó el uso de bombarderos con aviones cisterna, cazas, aeronaves de reconocimiento y el apoyo de fuego de submarinos estadounidenses, sumando un despliegue de más de 125 aeronaves en total.
Durante el bombardeo, que se extendió por dos horas, las fuerzas estadounidenses lanzaron 75 misiles y bombas, incluidas bombas antibúnker de 13.600 kilogramos, diseñadas para penetrar instalaciones subterráneas fortificadas, excavada a gran profundidad.
El Pentágono informó que no se registraron bajas entre las tropas estadounidenses durante la operación, considerada clave para debilitar la infraestructura nuclear de Teherán en un contexto de creciente tensión en Medio Oriente.
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