-Ángela descubrió que su hijo le miente y sospecha que está metido en cosas malas, su esposo no la escucha. -Sebastián tiene 13 años, ingresa a un nuevo colegio, sus compañeros lo presionan a fumar para ser parte.
-Eduardo es el dueño de una empresa con dificultades económicas, su contador le ofrece maneras de evadir impuestos.
-Ana se quedó en Facebook y YouTube toda la noche, al otro día se despertó 2 horas tarde para ir al trabajo, llamo a su jefa y le dijo.
– Romina le avisa a su novio que está embarazada, él la queda mirando mientras piensa.
¿Qué harías vos? En todo tiempo, saber elegir es la clave.
Cada etapa de la vida presenta situaciones que demandan decisiones. Con honestidad podemos afirmar que la gran mayoría de los problemas que tenemos o tuvimos, las relaciones que fracasaron, los negocios que no se dieron, fueron fruto de decisiones erradas. También podemos reconocer que las alegrías que vivimos, las ganancias que obtuvimos y los avances que logramos, los trajeron decisiones acertadas.
En las instituciones de estudio, enseñan asignaturas diferentes, desde matemáticas hasta artes, desde historia hasta física, pero rara vez enseñan a tomar buenas decisiones.
Hay distintas clases de decisiones, están las fáciles, que se pueden tomar rápidamente; otras más complejas, importantes y difíciles.
Las decisiones que tomamos moldean nuestra vida, tanto para bien como para mal.
“Dos senderos se abrían en el bosque, yo tomé el menos transitado. Eso hizo toda la diferencia”-Robert Frost.
Algunas decisiones derivan en tristes consecuencias, otras pueden llegar a formar hábitos saludables que conduzcan a la grandeza.
“No soy producto de mis circunstancias, soy producto de mis decisiones” -Stephen Covey.
La palabra decisión significa acción de cortar, es por eso que tiene la misma raíz que la palabra tijera. Cada vez que tomamos decisiones cortamos el futuro, tomando una parte y dejando otra; ¿para qué aprender a decidir? _para vivir con gozo. Tener gozo, es tu herencia, ser libre te corresponde, ya que eres único, creativo. Diseñado para ponerte en marcha, hay propósitos para tu vida, mira hacia arriba, es tiempo de confiar.
Antes de compartir principios para crear criterio, recordemos trampas en las que tal vez hemos caído a la hora de tomar decisiones basadas en formas equivocadas.
Algunos de los modelos errados son los siguientes:
1. Decisiones impulsivas: Son las decisiones del tipo reactivas, de las que nos arrepentimos casi inmediatamente de haberlas tomado. Son decisiones del momento, empujados por las emociones, sin pensar ni evaluar nada. Son del tipo capricho del instante.
Suelen darse en un ambiente de presión, con las emociones exaltadas y la sensación de que no hay que dejar pasar tiempo. La ansiedad de resolver ahora, llega como una avalancha con un sentido de urgencia absoluta. Una discusión acalorada… Un WhatsApp apresurado… Una pasión descontrolada… Un sentimiento de venganza… Una compra innecesaria…
Cuando tomamos decisiones impulsivas, generalmente hacemos daño. Las personas con baja tolerancia a la frustración se ven en muchas situaciones comprometedoras, y entonces ceden a este tipo de error. Reaccionar de manera casi instantánea frente a lo que otros dicen o hacen, se enredan entre acciones desmedidas y sentimientos de urgencia.
Los que actúan sin pensar, y al instante pierden el control, al poco tiempo se arrepienten de sus acciones, sufren de culpa al enfrentar las consecuencias.
2. Decisiones bajo presión: En muchas ocasiones estarás presionado por la familia, tu cónyuge, los amigos o cualquier otra persona que intente empujarte hacia sus intereses. El problema de tomar decisiones presionado es, el poco alcance en el tiempo que tiene, y al no tener fuerza interna para sostenerla, se desvanece. Cuando termina la presión suele terminar el compromiso.
Los amigos, compañeros de trabajo, o vecinos pueden presionar con palabras o sin palabras, cuando la presión es sin palabras, entonces cuesta más identificarla, pero de igual manera se siente.
3. Decisiones egoístas: Yo, el centro del universo. Leí una frase anónima que decía: “El egoísta se ama sin rivales”
Un chiste: Los locos del manicomio querían jugar fútbol y formaron dos equipos. Como no tenían pelota, decidieron jugar con una imaginaria. Y aquel partido era de goles por acá, goles por allá, de cabecita, era impresionante. En lo más interesante del partido, un loco se acerca y pregunta: – ¿Puedo jugar? Sus compañeros le respondieron que no porque estaban completos. El chiflado enojado se agacha, hace como que toma algo y les advierte: -Entonces me llevo la pelota!
El egoísta decide que el tiempo es para él, el dinero para él, la razón siempre para él, la pelota es para él, todo para él, es por eso que suele quedarse solo, ya que se eligió a sí mismo.
Como dice el proverbio: “El egoísta busca su propio bien, contra todo sano juicio se rebela”
Proverbios 18:1. NVI
Las decisiones egoístas surgen de los límites de una persona gobernada por el ego, una persona que suele vivir explicando todo, criticando y dando excusas continuamente.
Una persona que ama excesivamente, pero, a sí mismo, les cuesta muchísimo compartir cualquier cosa, sienten que si comparten pierden.
4. Decisiones auto destructiva: Son decisiones que tomamos con conciencia de que nos dañan, pero aun así continuamos en un círculo vicioso que se fortalece cada día.
Estas decisiones son como parásitos, según la Real Academia Española, el parásito es un organismo que vive a costa de otro, alimentándose de él y debilitándolo, empobreciéndolo.
Las decisiones auto destructivas son las que dejamos que se instalen en nuestra vida y nos quita, dinero, alegría, libertad, paz y hasta la vida misma. Pueden ser vicios, relaciones con personas complicadas o negativas, hábitos que nos traban, como la falta de ejercicio, o la mala alimentación, o el estancamiento.
Existen innumerables consecuencias negativas por permanecer pasivo frente a los parásitos. Cuando los toleras, pueden llegar a ser crónicos, muy nocivos. Imagina una manguera, que tiene muchas perforaciones. ¿Qué sucede con el agua? Por supuesto que se pierde en el camino, hay desperdicio antes de llegar al final. Los orificios van consumiendo el contenido, así como en el ejemplo anterior con los parásitos, no matan, pero consumen.
¡Anímate! Es tu tiempo de crecer y romper límites, de correr sin nada que te ate, de alcanzar tus metas y alegrarte con los que amas, “…quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante”. Hebreos 12:1.
5. Decisiones de corto plazo: Placer hoy, perdida mañana. Estas son parecidas a las anteriores, aunque aquí
el problema es la corta visión, hay muchos ejemplos, puede pasar por lo financiero como gastar todo sin dejar nada para después, compras impulsivas, de cosas innecesarias o de cosas necesarias pero que todavía no era el momento, puede ser entrar en créditos que difícilmente pagarás a término, ocasionando dolor; una relación extra matrimonial, que se disfruta en el momento y al tiempo termina destruyendo lo que tanto te costó construir: tu familia, un negocio ilegal, o un dinero fácil, que pone en tu mano rápido una cantidad de billetes, pero que al tiempo: destruye tu confianza.
Hoy vivimos en el tiempo de la gratificación inmediata, nos cuesta muchísimo escoger lo mejor que llega tarde, preferimos lo bueno que llega temprano. Las cosas buenas toman su tiempo, requieren esfuerzo y sabiduría.
Uno de los dilemas que tenemos, es que, frente a las presiones reales de la vida, cuando se avecinan los problemas, en vez de buscar ayuda en personas, vamos a los dispositivos, vamos a YouTube, Facebook, Instagram, claro que estas redes sociales traen cierta gratificación inmediata, cierta sensación de bienestar, pero es pasajera y breve.
Estamos en el mundo de los impacientes, donde lo instantáneo reina. Si quieres hablar con alguien, escribes “hola”, si quieres diversión abres alguna aplicación, si quieres una película la seleccionas, no tienes que esperar nada, todo está en línea. Por eso es que tomamos tantas decisiones de corto plazo, que no suman para procesos de crecimiento sostenido.
6. Decisiones tardías: No tomar una decisión también es una forma de decidir, el gran costo es la pérdida de oportunidades, a veces es por miedo al fracaso, queriendo tener certeza absoluta, del tipo perfeccionista, análisis más análisis interminables que llevan a la parálisis. Algunos esperan el momento ideal, o por miedo al rechazo, mejor no lo hacen, otros están esperando tener el aval de todos los demás, pensando que solo será válida si es aprobada por todos.
¡Construye con sabiduría!
Un viejo carpintero decidió retirarse. Le comunicó a su jefe que, aunque iba a extrañar su salario, decidía retirarse y estar con su familia. El jefe se entristeció mucho con la noticia porque aquel hombre era su mejor carpintero. Decidió pedirle de favor que le construyera una última casa antes de retirarse. El carpintero aceptó la proposición y empezó la construcción de su última casa, pero, a medida que trabajaba sintió que su corazón no estaba de lleno en el trabajo. Arrepentido de haber aceptado la petición de su jefe, el carpintero no puso el esfuerzo y la dedicación que acostumbraba poner en el trabajo, aceptó maderas de mala calidad para no esperar, puso menos clavos para acelerar, menos pintura, menos detalles, menos atención a la fuerza y a la belleza. Cada casa la había construido con gran esmero, pero ya estaba cansado y sentía que su jefe le había presionado para hacer una casa más.
Cuando el carpintero terminó la casa, el jefe vino muy contento y le entregó la llave de aquella diciéndole: “Esta es tu casa, es mi regalo para ti y tu familia por tantos años de buen servicio”. El carpintero sintió que el mundo se le iba; si tan solo él hubiese sabido que estaba construyendo su propia casa, lo hubiese hecho todo de una manera diferente. -Anónimo.
Nuestras decisiones diarias construyen nuestra casa, nuestra casa es nuestra vida, donde viviremos todos los días.
Tomar conciencia es el primer paso, aprender a tomarlas con sabiduría es el siguiente.
Por: Omar Parma, Pastor Principal de la Iglesia Raíces Hermanos Menonitas.
omar.parma@hotmail.com
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