Su hija, Yessica, mencionó que los profesionales médicos les habían explicado que la evolución del tratamiento dependía mucho de los cuidados especiales, la fuerza de voluntad del paciente y la fe, teniendo en cuenta que se sometió a un procedimiento muy delicado.
“Gracias a Dios mi papá sale fuerte, sano y por sobre todas las cosas agradezco esa unión familiar que siempre estuvo de por medio y la excelente atención que le brindaron a mi papá, siempre le acompañaron durante todo este un mes de internación”, señaló.
Agregó también que “somos de Mayor Otaño, son 9 horas de viaje, y hoy recién volvemos a encontrarnos con él, ni siquiera el Día del Padre pudimos compartir con él, fue la primera vez que nos distanciamos tanto, y gracias a su rápida recuperación hoy volvemos a estar juntos y más que nunca la fuerza y la fe deben estar presentes, son los motivos que a uno le incentivan y nosotros nunca perdimos eso y acá está el resultado satisfactorio”.
Don Héctor venía siguiendo su tratamiento con radioterapia y quimioterapia desde hace un año atrás hasta finalmente realizar el trasplante de médula ósea, que hoy le permite disfrutar de sus seres queridos y avanzar con su recuperación.
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