Para el secretario de Estado, los datos dan una “coyuntura económica buena”, aunque hay que seguir avanzando. Consideró a nuestro país como un país emergente y que les gustaría ver ya como un país desarrollado, no solo en lo económico, sino también en lo social, según un informe suministrado por el MEF.
Fernández Valdovinos valoró los números relacionados al aumento del empleo y la reducción de la pobreza en el año 2024, con respecto al 2023, y resaltó que el índice de la población en extrema pobreza se redujo de 50% al 20% desde el 2002 para adelante.
Añadió que los programas sociales complementaron el efecto de crecimiento económico en niveles de pobreza y “lo redujo aún más”, y que es el tipo de política que Paraguay necesita, una que permita al sector privado invertir, que crezca la economía, se creen puestos de trabajo y eso reduzca la pobreza, complementada con políticas públicas focalizadas.
En cuanto a la expectativa de expansión económica, manejada desde el MEF para este año, el ministro reiteró que la proyección de crecimiento, del 4%, se da por el fuerte comportamiento de los sectores no agrícolas (manufacturas y servicios) y las entidades binacionales (Itaipú y Yacyretá).
Los datos que recoge el Banco Central del Paraguay (BCP) hablan de que los sectores no agrícolas están creciendo a un ritmo de 6,1%. Va ser el tercer año que la economía terminará creciendo 4% o más este año”, puntualizó el titular del MEF.
ESCENARIOS DE RIESGOS
No obstante, el último Informe de Política Monetaria (de marzo) del Banco Central revela riesgos, tanto locales como internacionales, donde los principales provienen del ámbito internacional, en un entorno global caracterizado por la alta incertidumbre. Al respecto, dice que el aumento de las tensiones comerciales ha intensificado las dudas sobre las perspectivas de inflación y crecimiento a nivel mundial.
Alerta que un repunte en las expectativas de inflación podría dificultar la convergencia hacia las metas de los bancos centrales, mientras que la desaceleración de la actividad global podría resultar más profunda que la considerada en el escenario base. Añade que ,en este contexto, es importante «reconocer la dificultad de anticipar con precisión» la evolución de estas dinámicas y sus efectos sobre la economía mundial.
Por otra parte, en el plano local, el informe señala los principales factores de riesgo para la actividad económica están asociados a las condiciones climáticas, donde los pronósticos meteorológicos indican que ya no se observan señales claras de “El Niño” o “La Niña”, sino más bien condiciones neutras; sin embargo, la incertidumbre sobre el rendimiento de los cultivos persiste, especialmente del maíz y el trigo.
No obstante, -acota- las proyecciones señalan condiciones favorables en términos de volumen y distribución de las precipitaciones en varias regiones del país. En cuanto al sector ganadero, la producción podría superar las expectativas debido al aumento de la demanda externa -impulsada por la apertura de nuevos mercados- y los altos precios observados actualmente.
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