Filadelfia, RCC.- La colonización es el proceso por el cual se funda una colonia, que permite a los habitantes de un lugar determinado asentarse en otro, principalmente, por motivaciones económicas, buscando el desarrollo de esas tierras. Los proyectos de colonización están destinados al fracaso cuando no se contemplan ciertos factores claves.
«Un proyecto de colonización que se reduce al fraccionamiento de una determinada superficie de tierra entregada a un grupo de familias, es como entregarle una olla con DOS patas y pedir que se cocinen ricas comidas para el resto de la vida. A esto, no lo llamo colonización, sino una simple repartija de tierra, que sin la tercera pata de la olla estará destinado a un seguro fracaso», menciona el Lic. Lucio Zavala, experto en administración agropecuaria.
Para Zavala un ejemplo claro de ello son las colonizaciones de San Alfredo y Sierra León, que no contemplaron la financiación de créditos para el desarrollo de las fincas, por lo que muchas familias terminaron vendiendo sus tierras a terratenientes que sí tenían recursos, solo unos pocos «valientes» se quedaron a trabajar con lo poco que tenían.
Para evitar este tipo de experiencias Zavala realizó algunas recomendaciones:
La tercera pata de la olla se llama «crédito» para desarrollar y producir la fracción de tierra entregada a cada familia chaqueña. Dicho crédito debe ser otorgado a cada familia a partir del diseño de una unidad productiva básica (habilitación de suelo para pastura, alambrada perimetral e internos, corral de manejo, fuente de abastecimiento de agua, líneas de distribución de agua, vivienda y entrega de un hato de ganado para comenzar la producción).
Con una superficie de 200 hectáreas por familia, las condiciones del crédito deberían estar dividas en etapas:
- Etapa I: Instalación de toda la infraestructura conforme a un diseño consensuado por los encargados del proyecto y los beneficiarios.
- Etapa II: Carga del hato inicial de ganado para la producción con un plan de manejo básico.
«Ambas etapas tendrán que estar atados a una permanente fiscalización y asesoramiento por parte de los responsables del proyecto, supervisado para que los fondos no sean desviados para otras compras. Con estas condiciones, estaría en condiciones de apoyar una iniciativa ya sea de grupos organizados o gobiernos regionales para intentar establecer colonias agropecuarias sustentables en el tiempo y que serán prósperas en el Chaco», concluye Zavala.
A continuación se detalla un presupuesto aproximado realizado por él mismo:
- Acotación 1: El presupuesto contempla que el costo de la fracción es 250 dólares por has, por ser precio social, puede variar si es comercial.
- Acotación 2: En la etapa 1 si se divide internamente el depósito con alambrado eléctrico y cada cuarto de forma diagonal, se podría conseguir un ahorro significante, además de proporcionar mayor rotación y mejor pastoreo.
Según estos datos, se requiere de un crédito de G. 1.160 millones por cada unidad productiva de 200 has. En este caso con el crédito, la familia debe destinar G. 350 millones para la compra de las 200 has financiado a 20 años sin interés con 5 años de gracia; para la etapa 1 invertirá de G. 441 millones con un plazo de 10 años, tasa del 8% y 5 años de gracia; para la fase 2 se invertirá G. 369 millones a un plazo de 5 años, tasa del 12% con 2 años de gracia.
Zavala menciona que se tomó el tiempo de hacer estos estudios con el fin de aportar para que los gobernantes o instituciones interesadas en implementar este tipo de proyectos puedan tener en cuenta que el inconveniente de siempre es la financiación.
En el caso de las tierras de la estancia La Patria, el Estado tendía que destinar los fondos necesarios a fin de implementar el proyecto de colonización de esas 15.000 has, con fondos de la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD), a través del Banco de Fomento o Crédito Agrícola de Habilitación, o mismo a través del Fondo Ganadero.
Se ha demostrado con otra decena de proyectos que la tierra y el agua en el Chaco son de excelente calidad, solo se precisa de una buena planificación y elaboración, previendo los recursos y sobre todo con buena voluntad política.
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