Según la descripción de la página web del concurso, la película “se llamó acertadamente ‘Eami’, una palabra que significa tanto ‘bosque’ como ‘mundo’. En este largometraje impregnado de la mitología indígena Ayoreo-Totobiegosode, la joven protagonista Eami deambula por la selva tropical paraguaya, mientras su comunidad se ve obligada a abandonarla por la deforestación”.
Tras la elección, el jurado opinó que les conmovió la poderosa película, que logró construir “una fuerte narrativa que no solo se sostiene en lo visual, política y también poéticamente”.
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