Filadelfia, RCC.- Algunas de las recomendaciones que hacen los profesionales son las siguientes:
En primer lugar, reconozca que ningún tipo de violencia es sana o justificable. Nadie debería sufrir gritos, amenazas, insultos o golpes. Bajo ninguna circunstancia puede justificarse un acto de violencia.
En segundo lugar, identifique las señales de agresión, acepte que tienen un problema y comprenda que hay esperanza. Aceptar que tenemos un problema, nos hace buscar soluciones de forma más rápida; mientras más tratemos de “justificar” las agresiones en casa, más tiempo tendremos que soportar el dolor, más honda será la herida, y más graves las consecuencias.
Además, no estereotipe la violencia. Algunas veces se piensa que la agresión solo se ejerce del hombre hacia la mujer, pero las estadísticas nos muestran que esto ha ido cambiando. La agresión no es un problema que pertenece a un sexo, estrato socioeconómico, o cualquier otra clasificación.
Por último, busque ayuda. Las personas con pobre control de impulsos deben pedir ayuda para el manejo de la ira, y las personas con rasgos codependientes, deben buscar apoyo para dejar atrás el afán de ser “esa persona adecuada” para el agresor.
Salir del ciclo de violencia es posible, todo esto requiere de un acompañamiento profesional adecuado y de seres queridos que nos ofrezcan su ayuda.
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