De acuerdo a los datos dados a conocer por el Departamento de Salud de los Estados Unidos, del que se hizo eco el Presidente, los estadounidenses pagan “diez veces más” que los europeos por medicamentos idénticos fabricados en territorio norteamericano. Trump señaló que durante décadas la población estadounidense ha pagado “los precios más altos del mundo” en medicamentos recetados.
Indicó que, por ejemplo, un medicamento contra el cáncer de mama, que cuesta a los estadounidenses 16.000 dólares el frasco, cuesta solo una décima parte en Suecia, siendo el mismo medicamento, de la misma fábrica y misma empresa. Agregó que una medicina común para el asma cuesta casi 500 dólares en Estados Unidos, pero menos de 40 en el Reino Unido; y que por una para bajar de peso los estadounidenses estarían abonando diez veces más que en otros países desarrollados.
Al referirse a las razones de las abismales diferencias, es que los estadounidenses representan solo el 4% de la población mundial, pero generan dos tercios de las ganancias globales de las compañías farmacéuticas. Según los antecedentes, durante años las grandes farmacéuticas afirmaban que estas diferencias de precios eran “necesarias” para financiar la investigación y el desarrollo.
Sin embargo, los países extranjeros donde se venden las mismas medicinas habrían presionado a que les ofrecieran precios muy bajos, y la diferencia era compensada por los estadounidenses. La Unión Europea y otros países impusieron sus precios, caso contrario los productos no hubieran ingresado a esos mercados, y las farmacéuticas simplemente trasladan la carga de los sobrecostos a pacientes estadounidenses, que nunca pudieron contra el “lobby farmacéutico”, que es el más fuerte de ese país.
ORDEN EJECUTIVA
De acuerdo a los datos oficiales, la nueva orden ejecutiva de Trump se denomina “precios de medicamentos de nación más favorecida”, que implica que el precio más bajo que se pague por un medicamento en otros países desarrollados es lo que pagarán los estadounidenses.
Trump dijo que si un medicamento contra el cáncer se vende a 100 dólares en Australia, pero a 1.000 dólares en Estados Unidos, el precio que se paga en aquel país es el que regirá también en EE.UU. Según el Presidente, con esta medida los precios de los medicamentos bajarán entre un 59% y un 90% “casi de inmediato”. El Gobierno de Trump ha decidido que los estadounidenses ya no subsidiarán la atención médica mundial.
CONGRESO Y CORTE SUPREMA, «CONTROLADOS»
Durante el anuncio, RFK Jr. reveló que durante dos décadas todos los líderes demócratas más importantes hicieron esta promesa al pueblo estadounidense; sin embargo, ninguno la cumplió, porque “el Congreso está controlado de muchas maneras por la industria farmacéutica”.
RFK Jr. aseveró que hay al menos un “cabildero farmacéutico” por cada congresista del Capitolio y miembro de la Corte Suprema. Dice que esta industria gasta el triple de lo que gasta el siguiente grupo de cabildeo más grande.
Añadió que en comparación con otros países, las cifras son alarmantes: Los estadounidenses gastan 1.126 dólares per cápita en medicamentos, mientras que los británicos unos 240 dólares. Los europeos pagan menos de una quinta parte de lo que pagan los estadounidenses por medicamentos idénticos.
Trump no les pide a las farmacéuticas que pierdan dinero, sino que les propone como solución la igualación: los europeos pagarán más, los estadounidenses pagarán menos y las farmacéuticas mantendrán sus ingresos totales. “Se trata de una redistribución de quién soporta la carga financiera”, dijo.
Por su parte, el Dr. Marty Makary, comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, señaló que un medicamento que cuesta 175.000 dólares en Estados Unidos, podría estar costando tan solo 10.000 en Londres.
El gobierno ha dado a las compañías farmacéuticas 30 días para comenzar la implementación de la Orden Ejecutiva, y si no lo cumplen voluntariamente, Trump utilizará la “enorme influencia comercial” de Estados Unidos para garantizar su cumplimiento; y añadirá aranceles a los países que no paguen la parte que les corresponde.














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