El viceministro de Atención Integral en Salud, Dr. Saúl Recalde, fue enfático al describir el alcance de los daños que puede provocar la pólvora. «Las lesiones por pirotecnia tienen un espectro devastador: desde quemaduras graves y amputaciones hasta sorderas, lesiones oculares y traumas acústicos», señaló. Si bien el sistema público de salud se encuentra en alerta y preparado para responder, Recalde subrayó que el éxito de la campaña radica en que los hospitales permanezcan vacíos de estos casos.
Uno de los datos más alarmantes fue aportado por el Dr. Jesús Marín, jefe de Cirugía de Manos del Hospital de Trauma, quien derribó el mito de que estos accidentes solo afectan a los niños. Según las estadísticas oficiales, el 87% de los traumatismos de manos por petardos ocurre en adultos, vinculados directamente al consumo excesivo de bebidas alcohólicas y concentrándose la mayoría de los casos a partir de la medianoche.
«La quemadura por pirotecnia es el evento más prevenible que existe», afirmó por su parte el Dr. Saúl Zaputovich, director del CENQUER. «Es preferible pasar las fiestas rodeado de seres queridos que pasar meses internado por una explosión que duró apenas diez segundos».
UN LLAMADO A LA CONCIENCIA CIUDADANA
Las autoridades sanitarias, representadas también por la Dra. Ana Collante y la Dra. Wilma Fernández, coincidieron en que la supervisión de los menores y la abstinencia de pirotecnia en adultos bajo efectos del alcohol son las únicas barreras efectivas contra las tragedias. El mensaje de Salud es rotundo: la prevención es la clave para que el inicio del nuevo año sea motivo de festejo y no de luto o discapacidad.














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