La fiebre amarilla (FA) es una enfermedad infecciosa febril aguda, que puede llevar a la muerte si no es diagnosticada y tratada rápidamente. Se manifiesta con fiebre de inicio súbito, escalofríos, cefalea intensa, mialgias, artralgias, náuseas y vómitos, cansancio, dolor abdominal e ictericia.
En ambientes silvestres, los mosquitos de los géneros Haemagogus y Sabethes transmiten el virus y los primates no humanos (monos) son los principales reservorios. Los casos humanos ocurren cuando una persona no inmunizada, entra en contacto con el ambiente silvestre y es picada por un mosquito infectado con el virus.
En el ciclo urbano, este virus es transmitido al hombre por el mosquito Aedes aegypti. Paraguay no registra casos de fiebre amarilla desde el año 2008.
La vigilancia de casos humanos de la enfermedad es realizada a través de la notificación de casos sospechosos. Todo caso sospechoso de fiebre amarilla debe ser inmediatamente notificado a través de las Regiones Sanitarias a la Dirección General de Vigilancia de la Salud (DGVS) por tratarse de una enfermedad de notificación obligatoria nacional e internacional.
Vigilancia de Epizootias
La vigilancia de epizootias es otro componente de la vigilancia epidemiológica para la fiebre amarilla y consiste en la vigilancia de primates no humanos para la implementación de medidas de prevención y control con el fin de reducir la morbilidad y la mortalidad de la enfermedad en la población humana.
El gran número de epizootias y los casos humanos confirmados en áreas próximas a nuestro país, son indicadores de la circulación del virus de la fiebre amarilla en la región fronteriza y sirve como alerta para la adopción de medidas de prevención, especialmente la inmunización a la población que aún no cuente con la dosis de la vacuna antiamarílica (AA).
Las Regiones Sanitarias, los municipios fronterizos y los que cuentan con reservas naturales, bosques y refugios biológicos están obligados a la notificación de sospecha de epizootias, a fin de realizar la colecta de muestras en forma oportuna, ya que esto constituye un factor determinante para la prevención y la reducción del riesgo de exposición de personas susceptibles.
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