Cuando compre frutas, las de estación son una buena opción (piña, manzana, sandía, melón), como así también las cítricas, que siempre son recomendadas. Las verduras y hortalizas también aportan un refuerzo como es el caso de la lechuga, pepino, tomate, entre otras.
Recuerde también beber 2 a 3 litros de agua por día, ayudando a la hidratación del cuerpo. El agua es un líquido irreemplazable, tanto los jugos como las bebidas azucaradas no hidratan.
Disfrute de las comidas o platos especiales con moderación, cuidando las porciones. Coma despacio, ya que masticar bien los alimentos facilita una buena digestión.
Reduzca el consumo de alimentos con alto contenido calórico de grasas y azúcares, a lo largo de la jornada. En lo posible, opte por alimentos naturales.
Otro punto a tener en cuenta es la disminución del consumo de sal en los alimentos, ya que su abuso puede inducir al incremento de la presión arterial, retención de líquidos y al desarrollo de problemas cardiovasculares y renales.
Limite lo más posible el consumo de bebidas alcohólicas, evite la ingesta de bebidas entre comidas, puede beber antes de ingerir los alimentos.
Estas recomendaciones, combinadas con otros hábitos saludables como la actividad física y dormir 7 a 8 horas diarias, aportan beneficios claves a nuestra salud porque ayudan a prevenir enfermedades futuras, además de otorgarnos una mejor calidad de vida.
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