Neufeld señaló que las crisis forman parte natural de la vida y que no son los cambios de etapa los que transforman a las personas, sino la manera en que responden ante ellos. “A nadie le gusta la crisis, pero cada crisis puede convertirse en una gran oportunidad o en una gran derrota”, expresó.
El especialista explicó que muchas personas llegan al fin de año cargadas de frustraciones o con metas no cumplidas, mientras que otras mantienen expectativas poco realistas de que el simple cambio de calendario producirá transformaciones automáticas. “Un año nuevo no reinicia la vida por sí solo. La vida necesita ser encarada de nuevo con Dios, con decisiones concretas y con acción”, afirmó.
Entre sus principales recomendaciones, Neufeld destacó la importancia del trabajo en equipo. Señaló que muchas metas fracasan porque se intentan alcanzar en soledad. “Aquello que podrías haber logrado solo, ya lo habrías hecho. No es una vergüenza buscar apoyo”, indicó, sugiriendo compartir objetivos con personas de confianza que ayuden a dar seguimiento y ánimo.
En cuanto al manejo de la ansiedad acumulada, el doctor explicó que existen tres caminos posibles: descargarla sobre otros, cargarla internamente o entregarla a Dios. Advirtió que las dos primeras opciones generan desgaste emocional y físico, mientras que la tercera ofrece alivio y restauración. Citando la Biblia, recordó el pasaje de 1 Pedro 5:7: “Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de ustedes”.
Neufeld también alentó a las familias a priorizar el cuidado emocional y espiritual en estas fechas. Propuso reemplazar los conflictos por gestos simples como la gratitud, la oración, las palabras de bendición y la proyección conjunta de un nuevo año con esperanza.
Finalmente, dejó un mensaje para quienes inician el 2026 con temor: “El miedo aparece cuando sentimos que perdemos el control. Cada vez que surge el temor, es una oportunidad para conectar con Dios y confiar en su cuidado diario”.














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