Es un proyecto que ejerce el rol de ayuda comunitaria desde hace dos años y medio, nació a través de Ronika Harder de Giesbrecht, fundadora de La Hora Feliz. El programa de asistencia comenzó con un grupo pequeño de niños de la zona, que hoy día se ha triplicado de manera importantísima. Más de 245 niños y adolescentes fueron beneficiados en las últimas semanas por miembros del programa, quienes ofrecen un tiempo de palabra de esperanza, refrigerio y recreación a los infantes una vez por semana.
“Para mi es algo que llena mi corazón, no puedo explicar esa alegría que me causa poder ver tanto niños felices, más todavía cuando estoy caminando por las calles de Puerto Casado y escucho a los niños con todo el corazón alabando a Dios con esas canciones que ellos aprendieron en La Hora Feliz” expresó Ronika Harder de Giesbrecht
Mencionó que: “Queremos que para los niños de Puerto Casado donde Dios nos puso, seamos luz y sal, dejándonos ser utilizados por él”
También cuentan con otros programas de asistencia como atención odontológica, cursos de confitería, soldadura, entre otros, para los padres y jóvenes de la comunidad.
Dejá tu comentario