El susto y la angustia se apoderaron de una familia en Lambaré cuando su pequeño de 3 años fue picado por un alacrán amarillo, un arácnido cuyo veneno puede ser altamente peligroso para niños y personas vulnerables.
Ante la emergencia, la familia actuó con rapidez: aplicaron hielo en la zona afectada, lograron capturar al alacrán para identificar su especie y se dirigieron de inmediato al Instituto de Medicina Tropical en Asunción, donde llegaron apenas 35 minutos después de la picadura.
Según relató Miguel Cubilla, abuelo del pequeño, al llegar al centro asistencial, el niño presentaba un cuadro delicado y se estaba desvaneciendo, lo que generó gran preocupación en los médicos. De hecho, los especialistas le advirtieron a la familia que, si su respiración se complicaba, sería necesario intubarlo. Sin embargo, tras recibir el antídoto, el niño mostró una reacción positiva: comenzó a hablar y a responder favorablemente al tratamiento.
A pesar de esta evolución, el menor permanece en terapia intensiva bajo observación, ya que este tipo de picaduras pueden provocar serias alteraciones en el sistema nervioso autónomo, incluyendo taquicardia, dificultad respiratoria, vómitos, temblores e incluso complicaciones cardiacas.














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