El primer nacimiento se había registrado el año pasado, también con dos crías y un óptimo crecimiento, informó la EBY.
El Yaguareté es una especie que se encuentra en situación de vulnerabilidad y que presenta problemas de conservación en el territorio nacional.
Se suma a este contexto, la alta complejidad para su reproducción, por lo que, el nuevo alumbramiento con crías viables, constituye un logro importante para los objetivos del citado programa.
Los felinos ya superaron el periodo de cuarentena y se encuentran sanos, con un peso de 4.990 y 4.820 kilogramos, respectivamente, en el primer pesaje realizado luego de superar el periodo crítico, tras el alumbramiento registrado el pasado 24 de septiembre.
Los nuevos ejemplares nacieron del cruce entre el Yaguareté “Chiqui” y “Xena”, que se encuentran dentro del programa de reproducción del refugio faunístico.
“Chiqui”, es un ejemplar macho que había sido entregado al Refugio Faunístico Atinguy, luego de ser confiscado por el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) y «Xena”, es una Yaguareté hembra donada por el Refugio Urutaú situado en (Filadelfia, Chaco).
Cuarentena
Las crías son consideradas viables al superar el periodo de 40 días, denominado cuarentena, ciclo en el que se alimentan exclusivamente con la ingestión del calostro y la lactación.
Los profesionales y asistentes del Refugio Faunístico Atinguy, durante este tiempo, extreman recursos en cuanto al cuidado para evitar cualquier alteración en el comportamiento de la madre.
Este correcto procedimiento determina la viabilidad del alumbramiento, atendiendo que, cualquier alteración del comportamiento de la madre, puede provocar un estrés y el rechazo de las crías o bien la muerte de las crías por acción de la misma madre, respondiendo a un instinto de protección.
Luego de cumplir con este periodo y conforme al transcurrir del tiempo, se procedió a la separación de la madre de las crías, de manera temporal, para el control y pesaje de las mismas.
Región Oriental
La Panthera Onca, es una especie en peligro de extinción en el Paraguay, por la cacería furtiva y la destrucción de su hábitat.
En la Región Oriental, conforme a estudios realizados por organismos especializados, su población se redujo a poco menos de veinte ejemplares salvajes registrados en los remanentes del Bosque Atlántico, que constituyen la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú y la Reserva Natural Privada Morombi.
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