El senador de la nación Miguel López Perito llegó hoy hasta la corte suprema de justicia para acompañar la audiencia preliminar del caso Domingo Rolón y la Operación Cóndor. Expresó que está para impulsar una definición más clara, un proceso claro de parte de la justicia paraguaya contra los 10 acusados y hoy imputados.
En dicha oportunidad mencionó que estaba no solo como senador de la república, sino como una víctima más de los hechos de torturas y dijo que incluso conoce a varios de los imputados.
Añadió que la justicia argentina inició un juicio y están esperando a ver si la justicia se mueve, y si la justicia paraguaya no hace nada, el juicio continuará por el lado de la justicia argentina.
«Los delitos de «Lesa Humanidad» contra los Derechos Humanos son imprescriptibles y cualquier tribunal de cualquier país puede tomar cartas en el asunto», resaltó López Perito.
Caso Domingo Rolón:
“Domingo Guzmán Rolón habría sido detenido en fecha 17 de octubre de 1976, en la ciudad de Puerto Pilcomayo (Argentina), al momento que intentó ingresar al país con un certificado falso a nombre de Jorge Antonio Zapattini Samaniego. En territorio argentino tras su detención fue llevado primeramente hasta un Destacamento de la Armada, luego a un Centro de Detención situado en Resistencia, para luego ser trasladado hasta un lugar denominado Monte 29 de Formosa. En fecha 2 de diciembre de 1976 fue llevado en la valijera de un vehículo hasta el Departamento de Investigaciones de la Capital, lugar donde permaneció detenido hasta el 1 de diciembre de 1977 cuando fue trasladado al Penal de Emboscada”, se desprende de la imputación por torturas.
La fiscala Zayas indica en su escrito que Guzmán Rolón fue sindicado, al igual que sus familiares, de pertenecer al movimiento de las Ligas Agrarias primeramente, y luego a la denominada OPM (Organización Primero de Marzo), motivo por el cual fueron perseguidos insistentemente por funcionarios del gobierno (policías y militares).
Debido a esa persecución, la víctima huyó a la Argentina, donde permaneció durante seis meses y trabajó como albañil. Retornó a Paraguay porque sus familiares eran perseguidos y cuando quiso volver al país vecino, cayó con el documento falso en 1976.
De esta forma, el “Operativo Cóndor” surtió efecto porque las autoridades argentinas comunicaron su detención. Hasta su último lugar de reclusión, en el regimiento denominado Monte 29 de Formosa, se había trasladado uno de los represores paraguayos hoy imputados. Se trata de Nicolás Lucilo Benítez, alias Kururu pire. Ya en la ciudad argentina Guzmán Rolón había sido víctima de torturas, en presencia del represor que lo fue a buscar. En ese lugar de reclusión utilizaron con él “la cama eléctrica, donde se lo desnudaba y se lo tiraba encima de la cama electrificada; le colocaban electrodos eléctricos en la boca, los pechos, las orejas y los testículos, graduando para hacer las descargas; lo golpeaban con manguera de goma o de plástico grueso, en ocasiones hasta con palo, para la sesión de tortura le eran vendados los ojos, también utilizaban la pileta”, según el escrito de imputación.