Durante su participación en el programa Bendita Mañana Paraguay, el pastor Antonio Montiel analizó la complejidad de la corrupción en Paraguay, un problema que, según él, ha alcanzado niveles alarmantes, afectando la percepción interna y externa del país. Montiel destacó que la corrupción no solo es un desafío legal o político, sino, principalmente, un fenómeno espiritual y ético que requiere un cambio profundo en la sociedad.
«Si entendemos que todos venimos al mundo con una inclinación natural hacia el pecado, podremos comprender que la raíz de la corrupción está en la naturaleza humana», expresó, quien llamó a la ciudadanía a reflexionar sobre el verdadero origen del problema. En este sentido, Montiel subrayó que la corrupción no puede ser erradicada únicamente a través de leyes más estrictas, sino mediante una transformación ética que inicie desde los valores personales de cada individuo.
A pesar de las graves dificultades que enfrenta el país, Montiel resaltó el papel crucial de la iglesia como un espacio de contención y reflexión. En tiempos de crisis, como lo fue la pandemia, las iglesias han sido las encargadas de distribuir la ayuda humanitaria, consolidándose como la última institución en la que la gente sigue depositando su confianza.
«Lo primero que debemos entender es que la corrupción es un problema ético y espiritual, más que un problema legal. Si no entendemos esto, las soluciones seguirán siendo parciales e ineficaces», afirmó. El pastor insistió en que el cambio de mentalidad debe comenzar con cada individuo, que debe ser consciente de su responsabilidad como parte de la solución.
En este contexto, Montiel concluyó su intervención con un llamado a la acción: «Necesitamos una revolución ética en Paraguay, un cambio que solo será posible si logramos transformar nuestros valores como nación».
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