Al respecto, el jefe de dragado de la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP), ingeniero Benjamín Martínez, confirmó este miércoles a RCC Radio que el país ya suma seis años consecutivos con niveles inferiores a los normales, un fenómeno asociado al impacto prolongado del ciclo de “La Niña” y la falta de lluvias en la cuenca del Pantanal, fuente principal del caudal del río Paraguay.
“En julio alcanzamos un pico de 3,90 metros, pero hoy amanecimos con apenas 30 centímetros en Asunción. En solo tres meses el río perdió más de tres metros de altura”, explicó Martínez, advirtiendo que la situación obliga a aplicar restricciones de calado en varios tramos del norte, entre Bahía Negra y el Puente Remanso.
El panorama es igualmente complejo en Concepción, donde el nivel actual del río se sitúa en 1,5 metros, por debajo del promedio crítico de 1,8 metros. Este descenso genera más de diez pasos de navegación con problemas de sedimentación, producto del arrastre de arena durante las crecidas y su posterior depósito en los canales, lo que obstaculiza el tránsito fluvial.
Para enfrentar la emergencia, la ANNP y el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) desplegaron más de diez dragas entre el norte y el sur del país. Las labores se concentran en puntos críticos como Nanawa, Riacho Casado, San Rafael, Pedernal y Vuelta Guaycurú, mientras se gestionan permisos internacionales para intervenir en zonas compartidas con Argentina.

A pesar de las dificultades, Martínez destacó que la navegación comercial no se ha detenido, gracias a los trabajos de dragado y mantenimiento continuo. “Hoy seguimos operando con un calado de 10 pies para buques y 11 pies para remolcadores con barcazas desde Pilar hasta la confluencia del Paraná. Eso permite mantener la carga completa en las embarcaciones, aunque estamos al límite”, indicó.
LICITACIÓN NACIONAL DE DRAGADO
El ingeniero confirmó además que el Gobierno avanza en una nueva licitación nacional de dragado, con el objetivo de reforzar la infraestructura fluvial y asegurar la continuidad de las operaciones en 2026. Entre las innovaciones previstas se incluye la instalación de boyas electrónicas inteligentes —ya se colocaron ocho y se prevé sumar veinte más— que permitirán navegación nocturna y monitoreo en tiempo real de los canales, un paso decisivo hacia una “verdadera hidrovía paraguaya”.
Aunque los pronósticos no anticipan una recuperación inmediata, las autoridades confían en que el repunte de lluvias en el Pantanal durante los próximos meses permita estabilizar los niveles para el primer trimestre de 2026. “No debemos alarmarnos, pero sí mantener una vigilancia constante. El agua seguirá bajando en los próximos meses, y noviembre podría ser el punto más crítico del año”, advirtió Martínez.
El fenómeno de la bajante no solo compromete la navegación y el comercio exterior, sino también la seguridad hídrica y ambiental del país, afectando ecosistemas, comunidades ribereñas y la economía portuaria.














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