Así, tal como se leyó. El proceso electoral 2018 representa una excelente oportunidad de botar, arrojar, tirar o echar fuera a partidos políticos y gobiernos no deseables.
Porque según se dice es a través de las urnas donde un pueblo manifesta su voluntad para ceder la conducción de su país, a quiénes por un periodo de cinco años han de representar.
El sufragio es la participación ciudadana, la participación en años anteriores se encuentra devaluado, tenemos la obligación de pararnos en la urna y signar al candidato de preferencia.
¿Qué tener en cuenta a la hora de elegir?
Por sus hechos los conocerás
Las embestidas entre candidatos para desacreditarse son parte esencial de algunas candidaturas. Así se genera desinformación, temor o rechazo. Es muy importante ver los resultados de quienes ya tuvieron la oportunidad de gobernar o estar en algún cargo público y sobre todo como se desmpeñaron en dicho servicio.
Los discursos y emociones
Para un elevado número de votantes a la hora de elegir utilizan más los sentimientos, ya sean patrióticos, triunfalistas o de tradiciones. El problema es cuando la palabra del candidato o sus promesas carecen de honestidad.
Cuando el objetivo de los políticos es llevarnos a las urnas para votar por ellos, hasta se dicen sometidos a una voluntad divina en su discurso, prometen lo imposible para que se les vote y al creerles, se puede viciar nuestra decisión y equivocarnos.
Si esos discursos y sentimientos motivan nuestro voto, tendremos que analizar mejor nuestra decisión, el raciocinio a la hora de votar y botar es fundamental.
Las alianzas
De los partidos políticos y los candidatos debemos analizar sus redes e inferir sus acuerdos no sólo en relación a otros partidos, sino también a sectores, grupos, organizaciones, asociaciones y actores políticos. Conocer quienes son sus asesores, porque estos serán influyentes en su forma de gobernar en el futuro.
Las propuestas
Las campañas electorales fueron pensadas para que los candidatos se acerquen al electorado y puedan presentar las propuestas factibles de hacer realidad en caso de ser beneficiados con el voto.
Identifiquemos a quienes dedican más tiempo para descalificar las ajenas o generar expectativas imposibles. Desconfiemos de quienes ya tuvieron oportunidad para hacer realidad sus recurrentes ofrecimientos y no lo hicieron.
El respeto a los derechos humanos y gobernabilidad.
En un país multicultural donde coexisten y se discuten temas fundamentales, debemos garantizar la participación de la disidencia, con posibilidades reales de discutir nuevamente las agendas representativas de todas y todos.
Encontremos en los candidatos la capacidad de agrupar diferentes fuerzas políticas, económicas y sectoriales. Veamos si conocen nuestras preocupaciones y las sienten suyas, favoreciendo a las clases desprotegidas, olvidadas o segregadas de la producción y partición de nuestras riquezas.
Esta jornada electoral salgamos a botar, así, con b larga, o de burro en su tradicional forma de llamarla. El 2018 es una oportunidad para quitar a los gobernantes con manejo de ideologías y promesas sin cumplir.
Fuente consultada: @DDHHSamuelRuiz