El doctor Pavón manifestó que el crecimiento de la economía no es un “resultado fortuito”, sino la consecuencia de políticas sostenidas enfocadas en la libertad económica y, fundamentalmente, en el mantenimiento del orden macroeconómico, un área en la que Paraguay ha demostrado un desempeño consistente. Citó como un ejemplo concreto de esta disciplina el regreso a la Ley de Responsabilidad Fiscal, que establece un límite de déficit fiscal del 1.5% del PIB, “una medida que ya se refleja en el presupuesto para el próximo año y se consolidará en 2026”.
PROCESO ASIMÉTRICO DE DISTRIBUCIÓN
Por otro lado, señaló que la llegada de los beneficios del crecimiento a la ciudadanía es un proceso gradual y no uniforme. Sobre el punto, explicó que ciertos sectores de la economía, debido a una mayor disponibilidad de capital e inversión, captan más rápidamente las oportunidades. “En Paraguay, estos sectores líderes son el agropecuario, el de servicios y el inmobiliario, junto con la industria de la maquila”, remarcó.
Para el analista, el mecanismo es claro: una mayor inyección de capital en estas áreas aumenta la demanda del factor trabajo, lo que a su vez genera más empleos y oportunidades para la gente. No obstante, aclaró que este dinamismo no alcanza a todos los sectores de la sociedad al mismo tiempo, ni con la misma intensidad.
EL DESAFÍO DEL CAPITAL HUMANO
Pavón señaló que para que el crecimiento beneficie a todos los estratos económicos, es indispensable contar con una oferta laboral que posea la productividad que las empresas hoy demandan. Dijo que esto pone de relieve la necesidad urgente de mejorar el capital humano del país, y que las competencias más requeridas actualmente por el sector privado incluyen el dominio de idiomas, habilidades informáticas, el manejo de maquinarias tecnológicas tanto en el campo como en la ciudad, y conocimientos en marketing y comunicación digital.
LA NECESIDAD DE “APUNTAR MÁS ALTO”
El profesional indicó asimismo que, si bien un crecimiento proyectado del 5%, una de las tasas más altas de la región, es una cifra positiva, “resulta insuficiente” para el potencial real de Paraguay, ya que para generar un impacto transformador en toda la población, el país debería aspirar a tasas de crecimiento de entre el 7% y el 8% anual.
Como punto de referencia, señaló a Uruguay, que con la mitad de la población paraguaya y un territorio geográficamente menor, posee un PIB de 80.000 millones de dólares (Paraguay no llega a 20.000 millones), lo que demuestra que en algún momento tomaron decisiones acertadas en materia económica.
LA AGENDA DE REFORMAS IMPOSTERGABLES
Pavón afirmó que para alcanzar ese potencial, “es crucial” complementar la estabilidad macroeconómica con una serie de reformas microeconómicas profundas. Entre las medidas más urgentes propone:
- Reducción de la Carga Tributaria y Laboral: El costo de contratación en Paraguay sigue siendo alto. Es necesario revisar la carga laboral actual, que suma un 25.5% (16.5% a cargo del empleador y 9% del trabajador), y ofrecer libertad para que las partes elijan los sistemas que mejor les convengan, reconociendo estas aportaciones como propiedad privada de ambos.
- Reforma del Sector Eléctrico: Es imperativo modernizar el sector para que la ANDE deje de actuar simultáneamente como regulador y competidor (“juez y jugador”), fomentando un mercado más eficiente y competitivo.
- Eliminación del Anticipo del Impuesto a la Renta Empresarial (IRE): Califica como “totalmente inconstitucional y antieconómico” que una empresa, además de pagar el IRE, se vea obligada a abonar un anticipo. Esta medida debería corregirse antes de fin de año para aliviar la carga sobre el sector productivo.
En síntesis, subrayó que, aunque el proceso de crecimiento ha comenzado y sus efectos van llegando paulatinamente a la gente, solo a través de estas reformas estructurales Paraguay podrá consolidar un desarrollo económico robusto, sostenible y, sobre todo, inclusivo para todos sus ciudadanos.














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