– Doctor Pavón, ¿cómo surge el Foro Madrid y cuál es su propósito principal?
Este foro, que se denomina de Madrid, nace a instancias de varias personas, especialmente en Europa, y hoy ya tiene efecto a nivel mundial. Es un espacio donde se reúnen los llamados patriotas, que aman los conceptos de Dios, patria, familia y soberanía. Han conformado un grupo muy importante, y desde hace tiempo vienen exponiendo sus ideas, en especial a través del partido político VOX de España, cuyo fundador, Santiago Abascal, estuvo presente en la jornada inaugural del foro.
El Foro Madrid tiene como objetivo principal impulsar valores como las tradiciones, las costumbres, el respeto a la libertad de prensa y a la democracia. Pero también se posiciona como una barrera firme contra el globalismo, que —como sabemos— lleva una agenda política, económica y cultural destinada a socavar las bases de la civilización occidental.
– ¿Cuál es la importancia de que Paraguay haya sido sede de este foro y del respaldo del presidente Peña?
Es sumamente relevante. Celebramos que el Foro Madrid haya tenido lugar en Paraguay, y que el presidente Santiago Peña haya expresado su adhesión a los valores que allí se defendieron. Esto representa un avance importante, especialmente considerando que es el partido de gobierno el que está adoptando este posicionamiento.
– ¿Podría considerarse al Foro Madrid como un contrapeso al Foro de São Paulo?
Exactamente. Así como el Foro de São Paulo es una organización de izquierda —conocida incluso por expresiones del fallecido líder venezolano Hugo Chávez—, el Foro Madrid se presenta como su contrapeso desde la derecha. Su propósito es contrarrestar esas influencias mediante la defensa activa de los principios tradicionales.
– ¿Cómo se entiende este fenómeno dentro del contexto cultural y geopolítico actual?
Para comprender este movimiento no basta con observar la geopolítica, también hay que considerar el contexto cultural. La izquierda, a nivel mundial, ha adoptado una estrategia distinta: ya no se manifiesta con un discurso de odio directo, como en la clásica lucha de clases, sino que se mimetiza a través de la cultura. Conserva su narrativa, pero de forma solapada.
– ¿Cuál ha sido la influencia de Antonio Gramsci en este proceso cultural?
Antonio Gramsci, pensador comunista italiano, fue quien propuso un cambio estratégico dentro del comunismo, reconociendo que el modelo clásico había fracasado. Planteó entonces la necesidad de influir desde el sistema educativo, los medios, la cultura y los partidos políticos. Así, se introducen ideas que llaman la atención pero que buscan reconfigurar los valores, como el feminismo radical, que enfrenta al hombre con la mujer, o la creación de tribunales especiales que ya se discuten incluso en Paraguay.
– ¿Cómo afecta este enfoque a nuestra sociedad y valores?
Uno de los fenómenos más peligrosos es el relativismo moral. Se promueve la idea de que todo es relativo: Dios, la historia, la identidad sexual. Hoy se afirma, por ejemplo, que si un hombre quiere asumirse como mujer o como niño, puede hacerlo, y viceversa. Todo es relativo. Y cuando los principios y valores desaparecen, emerge el relativismo como regla dominante.
Esto se traduce en políticas públicas que intentan socavar ese marco de referencia. El Estado, a través de sus estructuras coercitivas, influye en la educación, la cultura y la economía para debilitar progresivamente la libertad individual.
– ¿Y cuál es el resultado final de ese proceso?
Cuando una persona ya no es libre para adorar a su Dios o para proteger a su familia, entonces estamos ante un debilitamiento total de las bases que hicieron grande a Occidente. Por eso, iniciativas como el Foro Madrid resultan tan importantes, porque buscan resistir y revertir ese proceso destructivo.
Dejá tu comentario