Según confirmó el Ministerio de Petróleo de Irán, el incendio fue controlado, pero denunció nuevos ataques contra otras refinerías e infraestructuras nucleares y civiles.
South Pars, que Irán explota junto con Catar, es la mayor reserva de gas natural del mundo y su paralización representa un fuerte golpe económico y energético para Teherán. Medios iraníes reportaron además que la ofensiva israelí alcanzó otra refinería, Fajr Jam, en la provincia de Bushehr, ampliando los ataques a infraestructuras clave para la economía del país.
El bombardeo a instalaciones energéticas marca un cambio en la estrategia de Israel, que hasta ahora se había concentrado principalmente en objetivos militares, nucleares y algunos aeropuertos.
Desde la madrugada del viernes, los ataques se intensificaron sobre instalaciones nucleares como Fordó y Natanz, el aeropuerto de Mehrabad y varias bases militares, dejando un saldo oficial de al menos 78 muertos, entre ellos altos cargos militares y científicos nucleares, y más de 320 heridos.
La tensión se disparó aún más cuando Irán lanzó una represalia con misiles contra Tel Aviv en la noche del sábado, provocando la muerte de al menos tres personas e hiriendo a otras 38, según confirmaron medios israelíes. Las autoridades de ambos países se mantienen en alerta máxima, mientras la comunidad internacional observa con preocupación la posibilidad de una escalada que pueda desestabilizar aún más Oriente Medio.
Dejá tu comentario