El paso vehicular y peatonal se congeló durante unos 40 minutos en la garita de San Ysidro, mientras cientos de policías y soldados estadounidenses realizaban un «ejercicio a gran escala de rapidez operacional», según los términos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, una agencia que combate el narcotráfico, el terrorismo y el tráfico de personas.
Una línea de vanguardia, formada por decenas de policías con cascos y armas largas, miraba hacia territorio mexicano al tiempo que un batallón de policías antimotines ensayaba su despliegue con gritos y ademanes frente a la ondeante bandera estadounidense.
En simultáneo, un grupo de soldados con uniformes color arena a tono con el suelo desértico de la zona detonó cohetes que desprendieron un picante gas blanco. Varios helicópteros sobrevolaban la frontera, que previamente había sido reforzada con barricadas metálicas y entramados de púas.
«Si se llega a un nivel en el que perdemos el control o personas pueden resultar heridas, cerraremos el ingreso al país por un período de tiempo», dijo este jueves el presidente estadounidense, Donald Trump.
«Me refiero a toda la frontera», subrayó el mandatario, quien ha calificado a los migrantes de «criminales» y dispuso el envío de hasta 9.000 soldados al área fronteriza.














Dejá tu comentario