Habitualmente escuchamos decir me siento solo, nadie me comprende o sencillamente ya nadie me quiere. Incluso también podemos sentir eso mismo ya que el mundo ha cambiado tanto de un tiempo a esta parte, era común compartir en familia los desayunos o quizás el almuerzo.
Gritos movimientos por la casa ruidos que aun que pudieran ser molestos llenaban los espacios vacíos. Hoy en día ya no pasa lo mismo, salimos temprano. Llegamos tarde y cuando finalmente tenemos tiempo ya no queremos ocuparlo en compartir estamos tan cansados que buscamos estar solos.
¿Pero qué pasa si no queremos estar con nosotros mismos? ¿Si la soledad se vuelve más un problema que una conexión con nosotros mismos?
Cuando todo aquello que viene a tu mente no son mas que pensamientos intrusivos que se pasan marginándote i metiendo ideas absurdas sobre ti y sobre los demás.
Puede haga un tiempo largo ya que estas solo sin pareja que hayas sufrido el rechazo aun estando o habiendo formado una familia. ¿Te invade la tristeza? Te desconectas de tu entorno sintiéndote ajeno como que a nadie le importas y tu dolor no te deja ver más allá.
Puedes tener hoy 1000 amigos de Facebook o 1000 seguidores en Twitter y ni una sola persona a quien llamar para tomar un café y charlar. Es que Hoy estamos más conectados que nunca, pero a la vez más aislados que en ningún otro tiempo por si todo esto fuera poco, nuestra educación también ha reforzado estas creencias irracionales, por ejemplo, a cierta edad ya tenemos que habernos casado o si lo hicimos ya debemos tener hijos formado una familia.
De lo contrario seremos solterones o solteronas raros o “seguro tenemos problemas” y eso todavía añade más presión. Esta situación genera un estado similar a la depresión, hasta el punto en que puedes llegar a interpretar la soledad como dolor físico real (Matthews et al. 2016, Eisensberger et al. 2003)
Entonces, ¿cuál es la diferencia entre estar solo y sentirte solo y deprimido?
Lo primero a saber es cuáles son tus deseos, tus metas, entre tus relaciones sociales reales y las que te gustaría tener. Si te gusta poder compartir tus pensamientos con alguien, pero no tienes nadie con quien hacerlo, te sentirás solo.
Lo segundo es cómo te sientes respecto a lo que sientes, que lo verdaderamente importante no es sentirte solo, cambia el concepto de cómo te sientes respecto a sentirte solo. Pregúntate como es la soledad: – algo terrible, o una oportunidad para reflexionar y conocerte mejor
¿Qué más hacer?
Identifica tus sentimientos. Acéptalos y no luches contra ellos.
Cuéntale a alguien como te sientes.
Medita sobre tu vida 15 minutos al día.
Deja de leer auto ayuda y busca un terapeuta que lo haga.
Has 30 min al día de ejercicios.
Haz algo por alguien por pequeño que sea.
Viaja solo.
Consigue una mascota
No rechaces la soledad.
No tienes que estar permanentemente contento y feliz a veces también tenemos que sentirnos tristes y reflexionar para volver a crear un nuevo impulso para seguir.
Por: Dra. Cynthia Oviedo. Médico cirujano especialista en Psiquiatría. Miembro de la Asociación Paraguaya de Psiquiatras y la Sociedad Paraguaya de psiquiatría Biológica. Docente de postgrado en carrera de medicina forense. Actualmente se desempeña como Psiquiatra Forense del Departamento de Salud Mental del Ministerio Público.
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