Todos necesitamos mentores que nos modelen y líderes que nos instruyan, guíen y acompañen.
Todos necesitamos a alguien que nos estimule hacer lo correcto.
Somos los padres los primeros responsables en asumir este rol que marca a nuestros hijos de por vida.
Pero, ¿Cómo educamos si estamos lejos de casa?, ¿Cómo lograr que nuestros hijos hagan lo
correcto, si nuestra situación laboral no nos permite estar en constante vigilancia? ¿Cómo
involucrarnos en su crianza mientras son cuidados por alguien más en nuestra ausencia?
Una de las formas específicas de tener el control de la situación del hogar aunque estemos a
distancia, es estableciendo límites que guíen a nuestros hijos, aún cuando no estemos presentes.
Aprendamos un poco de los límites. ¿Por qué son importante los límites?
1- Aprenden a tolerar la frustración, pues saben que no siempre todo será como ellos
quieren.
2- Desarrollan la capacidad de auto-controlarse. Desarrollan mayor habilidad para
responder con prudencia a situaciones, sentimientos y presiones.
3-Les forma para el futuro. Les ayudarán a construir relaciones sociales, laborales y
sentimentales más estables y saludables en el futuro. Aprenden a seguir instrucciones,
esperar su turno y a lidiar con las diferencias de otros.
¿Cómo lograr establecer límites a control remoto?
1. No ceda a nadie su papel de padre. Sucede con frecuencia, que si alguien con parentesco
cercano es el que cuida a los hijos, esta persona tienda a sentirse “dueña” de la situación y
le quite autoridad a los padres. También es frecuente que los padres y madres permitan que
otras personas le quiten el rol protagónico y por lo tanto le sea imposible la toma de
decisiones, o estas le sean boicoteadas por él o la encargada del cuidado de los niños.
2. Establezca límites claros: Establezca junto con sus hijos lo que es permitido en casa y qué
no es permitido de forma respetuosa para el niño, para el adulto y para la situación;
establézcalo como una norma y cúmplala siempre. Por ejemplo: comemos solo en la mesa;
los dulces, los confites o las golosinas solamente después de comer y una cantidad de días
limitada por semana etc.
3. Que la culpabilidad no le gane. En el cumplimiento de los límites establecidos, se
encuentran involucrados los hijos y la niñera encargada. A la vez que se dejan establecidos
cuales son éstos, es fundamental también dejar claras las consecuencias que acarrea el no
cumplir con las instrucciones. Generalmente los papás trabajadores, por el hecho de estar
ausentes de casa mucho tiempo, sienten culpabilidad frente a los hijos y esto les lleva
muchas veces, a dejar de lado la disciplina, sin embargo, al no corregirlos ante una mala
conducta o haber sobrepasado los límites establecidos, lo único que consigue es estropear
la relación.
4. Dese permiso de ser el mejor padre pero no el padre perfecto. “Cuando las cosas van
mal en la vida de nuestros hijos, nos culpamos a nosotros mismos. Nos reprochamos no
ser padres perfectos. Pero no es ser un padre perfecto lo que hace la diferencia en la vida
del hijo, porque no hay padres de esa condición. Ninguno de nosotros es perfecto, entonces
¿cómo pretender serlo como padres?”. Por lo tanto, no debemos desanimarnos en caso de
no ser “los padres perfectos”, ningún padre lo es.
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