La pandemia en curso ha hecho que muchas personas se sientan más ansiosas, deprimidas y susceptibles a tomar medidas tan extremas por varias razones, como la pérdida del trabajo, la desmotivación, la pérdida de un familiar cercano, etc.
Hay muchos factores de riesgo que pueden llevar a un aumento en los pensamientos sobre quitarse la vida. Es importante reconocer esto en uno mismo, o en un ser querido, porque muchas personas no hablan de sus pensamientos suicidas con anticipación.
Sin embargo, hay un punto muy importante y positivo que resaltar “El suicidio es prevenible”, para ello es necesario reconocer las señales de advertencia y saber cómo responder a una crisis de este tipo.
En caso de que alguien nos manifieste sus pensamientos de desesperanza y angustia, debemos escuchar, buscar asistencia psicológica y sobre todo ser empáticos.
Presta atención si uno de tus amigos o seres queridos manifiestan estos comportamientos:
Aumenta su uso de alcohol o drogas o comienza a comportarse de manera imprudente.
Tiene cambios de ánimo extremos, desde la euforia hasta depresión profunda o parece agitado, expresa rabia o habla de buscar venganza.
Duerme demasiado o muy poco o se retrae o se aísla de los demás.
Parece tener un dolor psicológico insoportable o habla de no tener esperanzas o de ser una carga para sus amigos o familiares, o habla de sentirse atrapado o no tener motivos para vivir.
Comienza a regalar posesiones preciadas o hace visitas o llamadas para despedirse.
Durante la pandemia, las familias y los amigos están más aislados y solos y muchas señales de advertencia pueden ser difíciles de reconocer.
Escucha con atención cuando les hables sobre tus preocupaciones y observa cómo se expresan.
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