En el corazón de diversos barrios del país, una pequeña iglesia puede convertirse en un faro de esperanza para los más jóvenes. El compromiso con la comunidad va más allá de los muros del templo, y el programa de refuerzo escolar, conocido como Eku’e, está demostrando que la educación y el amor pueden cambiar vidas.
Eku’e, es mucho más que un simple programa de tutoría. Es una herramienta poderosa que conecta a voluntarios de la iglesia con niños y adolescentes que necesitan apoyo académico y emocional. Los voluntarios, llamados “agentes de cambio”, dedican su tiempo y energía para ayudar a los jóvenes a alcanzar su máximo potencial.
¿Cómo funciona? Cada tarde, después de la escuela, los niños se reúnen en las aulas de la iglesia. Allí, rodeados de libros y materiales educativos, reciben ayuda con sus tareas, refuerzan conceptos clave y desarrollan habilidades de estudio. Pero Eku’e va más allá de las matemáticas y la gramática. También fomenta valores como la solidaridad, la perseverancia y la fe.
Dios es el hilo conductor de este programa. Los voluntarios comparten historias bíblicas, oran juntos y transmiten un mensaje de amor y esperanza. Para muchos de estos niños, la iglesia se ha convertido en una segunda familia, un lugar donde se sienten amados y valorados.
La respuesta ha sido asombrosa. Los resultados académicos han mejorado, pero lo más importante es que los niños han ganado confianza en sí mismos. Han descubierto que son capaces de superar obstáculos y alcanzar sus sueños. Algunos de ellos, antes desanimados, ahora sueñan con ser médicos, maestros o artistas.
“Reserven la fecha, participen, súmense”, es el llamado que hacen a toda la comunidad. Cada uno puede ser parte de este cambio. Si tienes conocimientos en alguna materia, si puedes dedicar unas horas a la semana o si simplemente quieres ser un amigo para estos jóvenes, ¡te necesitan!
El LINK DE INSCRIPCIÓN para ser voluntario está justo aquí: Inscripción. Únete a ellos en esta hermosa misión de APRENDER Y CONOCER A JESÚS a través del servicio y el amor. Juntos, pueden marcar la diferencia en la vida de los niños y adolescentes de la comunidad.
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