Según la secretaría de Estado de Obras Públicas, esta “obra emblemática” se edificará en el sector de Capitán Bozzano (Barrio Tacumbú), y el llamado a licitación estaba previsto para este mes de marzo, con el objetivo de comenzar las obras durante el presente año.
Al respecto, la ministra Claudia Centurión anunció a finales de febrero pasado que este proceso de licitación estaba a punto de comenzar, y que ya estaban concluyendo el Pliego de Base y Condiciones, “ajustando los detalles necesarios”.
De acuerdo a los datos oficiales, el futuro centro asistencial será financiado mediante un crédito de Taiwán (no se habla de monto) y promete establecer nuevos estándares en la atención sanitaria, siguiendo el “modelo” del recientemente inaugurado Hospital de Coronel Oviedo. Según el MOPC, la infraestructura se ubicará en una zona no inundable, contribuyendo al desarrollo urbano del área.
Centurión había indicado también que la construcción de viviendas y del hospital son proyectos que “transformarán la vida para mejor”, y que toda esta infraestructura es un medio para alcanzar un fin, sin la cual “es muy difícil” generar los servicios que el Estado debe garantizar.
En ese sentid, reafirmó el “compromiso del gobierno” del presidente Santiago Peña de ejecutar proyectos que impacten positivamente en la vida de los ciudadanos, sin importar su envergadura. Añadió que será una gran obra, con una superficie de 43.000 metros cuadrados, parecido al tamaño del Hospital del Sur, que contará con más de 250 camas.
DESAFÍOS PREVIOS INELUDIBLES
El problema que hoy está atravesando este tipo de emprendimientos es la gran “expectativa” (muchas veces falsas) que se generan en la gente que, -en mi modesta opinión- ningún gobierno puede “darse el lujo” de permitir que se repita lo que viene sucediendo, por ejemplo, con los fallecimientos de bebés por la falta o mal funcionamiento de las Unidades de Terapia Intensiva Neonatales.
Es más, se ha informado que el Gran Hospital de Coronel Oviedo todavía necesita contratar más de 1.000 profesionales de blanco, para lo cual debe llamar el concurso público, lo que significa que aún no puede operar en un 100 por ciento de su capacidad instalada.
Ante este tipo de situaciones, surge otra pregunta clave: ¿No sería pertinente que el Ministerio de Salud llame a concurso público para contratar profesionales y, además, adquirir el equipamiento necesario ya durante la construcción del futuro nosocomio, que normalmente lleva entre dos o tres años?
Obviamente, esto requiere enfocar bien las licitaciones y, sobre todo, contar con los recursos financieros o presupuestarios para la compra de equipos y materiales esenciales para el funcionamiento pleno de un centro asistencial de tales envergaduras.
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