El dirigente empresarial manifestó que si el Gobierno hubiera tenido la voluntad política necesaria de dar chances a la industria paraguaya, hubiera divido la compra en –al menos- cinco o seis lotes, que iba a permitir la participación de muchas más empresas, que oferten el producto “con la calidad adecuada”, disminuyendo el volumen (son alrededor de 320.000 unidades) y extender un poco el tiempo de provisión.
Consultado por qué cree que el Gobierno y/o Itaipú decidieron comprar los muebles escolares de China, contestó que eso tiene una “larga historia” detrás. Recordó que las compras de mobiliarios escolares arrancaron allá por el año 2015, y que anteriormente eran de madera y de estructuras metálicas. Pero después fue cambiando con los plásticos de inyección y así fue evolucionando.
Rememoró que el sector industrial metalúrgica local ha venido acompañando esa “evolución”, que fue entregando en tiempo y forma, y que la última entrega fue en el 2023 de un mobiliario muy similar a lo que se está pidiendo. “En esta ocasión modificaron y creo que en septiembre (2024) lanzan un pliego con una especificación más orientada hacia productos ofrecidos en Brasil”, dijo.
Añadió que en esa ocasión se prepararon los interesados, entre ellos un consorcio paraguayo que estaba dispuesto a entrar en la licitación, que era un poco más abierta, con más lotes, porque habían participado más oferentes. “La industria se preparó, invirtió en una línea, porque iban a modificar los espesores de los caños, similares a lo que se estaba haciendo en el Brasil, pero se suspende la licitación, y llaman a otra bien grande para el suministro de 328.000 sillas, que es un número muy grande para cualquier industria metalúrgica”, expresó.
Agregó que eso “hizo filtrar” mucho las capacidades y el interés de los metalúrgicos, y de los que iban a ofrecer este producto, y quedaron dos, finalmente, que son dos los que se presentaron. Dijo que el primer lote se dividió en dos, pero no son exactamente la mitad, “pero para fines estadísticos vamos a pensar por un momento en la mitad”.
Recordó que allí empieza la subasta, se limitó el tiempo de entrega de la muestra; o sea, la especificación técnica era bien orientada hacia un producto que no era similar al brasileño, sino uno con especificaciones similares a un producto que se ofrecía en China.
Explicó que en el lote dos, donde ofertó la empresa paraguaya, esta llegó a tener el mejor precio, inclusive, al momento final de la subasta, donde iban bajando los precios, y la mejor oferta fue la del consorcio paraguayo. “Pero, como no cumplía con algunos ‘requisitos’, en lo que era la muestra, y hubo objeciones en la pintura, en medidas, etc., que eran muy orientadas hacia un producto que no era de Paraguay ni de Brasil”, explicó.
Requerido si efectivamente la industria local puede proveer un gran volumen, remarcó: “Ellos hicieron dos lotes muy grandes, de 160.000 cada uno, con sus juegos pedagógicos. El par del conjunto es muy grande, y evidentemente así como estaba armada la licitación era muy difícil que una empresa paraguaya provea la totalidad de los lotes”.
Acotó que si hubiera estado armado en paquetes y si había voluntad de dejar esta experiencia en el país, se hubiese armado en más lotes y que realmente participen varias empresas, inclusive Mipymes, que tengan condiciones de calidad.














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