Ante sus pares y con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva presente, Peña cuestionó con dureza la propuesta de un FOCEM II de apenas 30 millones de dólares, una cifra que calificó como desconectada de la realidad económica actual del bloque y absolutamente insuficiente para países pequeños y estructuralmente desfavorecidos como Paraguay.
El mandatario recordó que el Fondo fue creado en 2004 con 100 millones de dólares, cuando las economías del Mercosur eran considerablemente más pequeñas. “Paraguay se rehúsa a aprobar un fondo de 30 millones”, afirmó, dejando en claro que aceptar ese monto implicaría convalidar un retroceso histórico en términos de equidad regional.
Peña fue más allá del reclamo simbólico y puso números sobre la mesa. Señaló que, solo para mantener el valor real del FOCEM en términos de poder adquisitivo, el fondo debería ascender hoy a al menos 360 millones de dólares.
Y añadió que, si se toma en cuenta que el Producto Interno Bruto del Mercosur creció seis veces en las últimas dos décadas, un fondo de 600 millones de dólares sería lo mínimo coherente con la retórica integracionista que el bloque proclama.
El presidente paraguayo subrayó además que el FOCEM no es un mecanismo decorativo, sino una herramienta destinada a los sectores más vulnerables, a obras de infraestructura, conectividad y desarrollo que permitan a los países pequeños competir en condiciones menos desiguales. “Hablar de integración sin recursos reales es solo discurso”, deslizó, en una crítica implícita a los socios mayores (Argentina y Brasil).
En ese contexto, Peña remarcó la necesidad de que Bolivia pueda acceder de manera inmediata a los fondos una vez completado su proceso de adhesión plena, advirtiendo que demoras o restricciones financieras solo profundizarían la brecha entre los miembros del bloque.
El mensaje fue claro: sin equidad, no hay integración posible. Y el FOCEM, tal como está planteado hoy, corre el riesgo de convertirse en un fondo testimonial, incapaz de compensar las asimetrías que el propio Mercosur dice querer corregir.
Finalmente, el jefe de Estado reafirmó que el Paraguay ejercerá la Presidencia Pro Tempore del Mercosur con una agenda “ambiciosa, realista y orientada a resultados”, pero dejó una advertencia implícita: no habrá integración creíble si los países grandes no asumen el costo político y financiero de sostener a los más pequeños.














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