El Ciclón había llegado a esa última jornada como único puntero del Torneo Clausura y visitó en Dos Bocas nada menos que al Aborigen su más inmediato perseguidor, tan sólo dos puntos separaban a ambos conjuntos.
Cerro Porteño dependía de sí mismo, empatando podía gritar campeón y alcanzar la estrella 34 de su historia, mientras que Guaraní únicamente ganando iba a lograr su estrella 12 en el fútbol paraguayo.
En el desarrollo del primer tiempo, el Ciclón pasó muy mal e incluso se quedó con uno menos por la expulsión del lateral derecho Alán Benítez quien tras una revisión VAR recibió la roja directa por una plancha sobre Marcos Cáceres y así dejó a su equipo con 10 futbolistas durante todo el partido.
Con la ventaja de hombres en cancha Guaraní encontró la manera de sacar dos goles de diferencia en el marcador con los tantos de Alfio Oviedo en el primer tiempo y Marcelo Fernández en la etapa complementaria. El “Indio” tuvo varias chances para liquidar el juego, sin embargo no logró convertir y le dió vida a Cerro Porteño.
En los minutos de adición se produjo el milagro para el Ciclón ya que el Aborigen terminó por desmoronarse en cancha con la doble expulsión de Gaspar Servio y Roberto “Choco” Fernández, quedando así con nueve hombres en cancha. Sin cambios disponibles el DT Fernando Jubero mandó al arco al defensor Marcos Cáceres como portero de emergencia.
A su vez, el juez principal Giancarlos Juliadoza agregó 5 minutos más al juego sobre los 6 que había adicionado en un principio, sumando así 11 minutos en total. El juego fue interminable para los locales y fueron grandes esperanzas para los visitantes. Cerro Porteño se sintió muy superior en cancha y se fue con todo en la búsqueda de los dos goles que lo consagraran como campeón del Clausura.
Sobre el minuto 99 del partido tras un remate por bajo de Robert Morales, la pelota le quedó al lateral Alberto Espínola que se quedó sólo frente al arco y puso el descuento en el partido que reavivó las ganas de los hinchas azulgranas.
Tras un contragolpe aurinegro encabezado por Josué Colmán que finalizó muy mal, el Ciclón tuvo el último ataque de la noche que inició Robert Morales, éste eludió la marca de Rodrigo Fernandez Cedrés y abrió por derecha con Alberto Espinola que mandó un centro al área donde apareció el capitán Juan Patiño para cabecear la última pelota del partido y hacer estallar de júbilo a toda la nación azulgrana a lo largo y ancho del país.
La locura se trasladó de las gradas visitantes del estadio Rogelio Silvino Livieres hacia las calles de todo el país que salió a festejar uno de los títulos más memorables en la historia reciente de Cerro Porteño, un momento imborrable que ha quedado en la retina del hincha azulgrana.














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