Pese a los críticos de este tipo de alianzas, esta sinergia entre el sector público y las iglesias cristianas la misma está dando frutos significativos en diversos países, demostrando que cuando la política y la fe colaboran, los ciudadanos son los principales beneficiados.
Por ejemplo, Argentina y Paraguay: Se han fortalecido los lazos para potenciar las redes de asistencia alimentaria y contención familiar, aprovechando la capilaridad y el compromiso de los voluntarios evangélicos.
El Salvador: La promoción de valores éticos y la restauración del tejido social han sido pilares donde la comunidad cristiana ha jugado un papel pacificador y constructivo.
Estados Unidos: La participación de este sector sigue siendo una brújula para la protección de las libertades individuales y la defensa de la vida.
CHILE: KAST Y LA VISIÓN DE UNA SOCIEDAD SOLIDARIA
Siguiendo la información destacada por Evangélico Digital, el reciente encuentro de José Antonio Kast con referentes cristianos reafirmó que el objetivo primordial es la colaboración. Kast ha reconocido que la labor de los evangélicos llega a los rincones más profundos del país, brindando apoyo donde hay vulnerabilidad y llevando un mensaje de superación.
«La importancia de la fe en la vida pública reside en su capacidad de movilizar el corazón humano hacia el servicio al prójimo», se destacó durante el encuentro, subrayando que esta unión busca construir un país más justo y humano.
Esta tendencia continental refleja una nueva era de política con sentido, donde la colaboración con instituciones de fe se convierte en una herramienta poderosa para sanar heridas sociales y fortalecer los cimientos éticos de nuestras democracias.














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