En una entrevista con RCC Radio, el pastor Luis Salomón, de la iglesia Más que Vencedores de Lambaré, recordó que antes de ser conocida como Halloween, existió la antigua celebración celta llamada Samhain, hace más de 2.000 años en Irlanda, Escocia e Inglaterra. Esta fiesta marcaba el final de la cosecha y el inicio del invierno, una transición que los celtas asociaban con la muerte y el mundo espiritual.
Agregó que se creía que la noche del 31 de octubre los límites entre vivos y muertos se debilitaban. Por ello, se encendían hogueras, se utilizaban disfraces para evitar ser reconocidos por espíritus malignos y se dejaban ofrendas para apaciguarlos. Era un ritual profundamente espiritual, cargado de superstición, temor y ocultismo.
LA RESPUESTA DE LA IGLESIA CRISTIANA
Salomón rememoró que, entre los siglos IV y VIII, con la expansión del cristianismo en territorios celtas, misioneros como San Patricio enfrentaron estas prácticas. Para erradicar el paganismo y transformar la cultura local, la Iglesia optó muchas veces por superponer celebraciones cristianas sobre festividades existentes.
Sin embargo, enfatizó que los símbolos y significados de Halloween siguen vinculados a la oscuridad espiritual, por lo que considera que su adopción acrítica contradice la fe que muchos profesan.
UNA PRÁCTICA CADA VEZ MÁS COMERCIAL
Manifestó que, aunque hoy Halloween se vive como una fiesta globalizada y de alto consumo —disfraces, decoraciones, eventos infantiles—, pastores y teólogos advierten que la normalización cultural no elimina su origen ni su mensaje simbólico. “Qué comunión tiene la luz con las tinieblas nos dice el Apóstol Pablo, instándonos a la separación espiritual y al discernimiento frente a lo oculto”, expresó.
También afirmó que el creyente debe comunicar con su vida aquello que cree, especialmente frente a una sociedad donde la fe muchas veces se vive de manera superficial o cultural.
PROCLAMAR LUZ: EL DÍA DE LA REFORMA PROTESTANTE
Dijo que, mientras Halloween destaca el misterio y el terror, la Reforma Protestante —iniciada el 31 de octubre de 1517 con las 95 tesis de Martín Lutero— celebra la luz de la Palabra de Dios. “Esa revolución espiritual permitió que la Biblia estuviera disponible en el idioma del pueblo, la educación se expandiera para que todos pudieran leerla, se promoviera una nueva visión del trabajo, la política y la sociedad basada en la dignidad humana y la libertad de conciencia”, destacó.
Añadió que en países influenciados por la Reforma se produjo un fuerte desarrollo científico, económico y cultural; y que, incluso en Paraguay, comunidades como las menonitas mantienen esa cosmovisión productiva y solidaria.
¿QUÉ RECOMIENDA LA IGLESIA A LAS FAMILIAS HOY?
El pastor Luis Salomón manifestó que el objetivo no es demonizar una fecha ni imponer restricciones sin sentido, sino formar criterio bíblico en los hogares: No participar en celebraciones que contradicen el carácter de Dios. Enseñar a los hijos el porqué de nuestras convicciones. Aprovechar la fecha para proclamar la luz de Cristo. Buscar alternativas sanas: convivencia familiar, oración, actividades especiales; y elegir testimoniar la fe antes que seguir modas culturales.
Acotó que muchos padres cristianos incluso prefieren no enviar a sus hijos a la escuela cuando la institución promueve Halloween, privilegiando la coherencia espiritual.
Afirmó, finalmente, que este 31 de octubre, mientras la cultura mira hacia el terror y lo sobrenatural sin Dios, el cristianismo bíblico recuerda que Cristo ya venció a las tinieblas, y que su Palabra sigue transformando vidas y naciones desde la Reforma Protestante hasta nuestros días.
