El proyecto, que promete beneficiar a más de 41.000 habitantes de Boquerón y emplea actualmente a 325 personas, muestra progresos técnicos en diversos frentes, pero también evidencia los desafíos persistentes en materia de control, calidad y plazos, según admiten miembros del propio equipo de obra.
Víctor Fantilli, topógrafo del consorcio encargado, confirmó que los trabajos están dispersos en varios puntos del trazado, sin una secuencia uniforme. “El equipo de topografía está interviniendo en varios frentes, como la demarcación de niveles del terraplén en el kilómetro 180”, señaló, en un tramo donde aún se observan retrasos en la consolidación del terraplén y en la estabilización del suelo.
Desde el laboratorio, Marcial Grance explicó que los controles de calidad son permanentes, aunque reconoció que las pruebas revelan variaciones que obligan a ajustes constantes. En el kilómetro 199, donde se realiza el hormigonado de una alcantarilla, aseguró que monitorean el comportamiento de los materiales para evitar fallas futuras. “Controlamos que el hormigón no sea muy fluido y verificamos el cemento utilizado”, indicó.
Grance detalló también que en otros puntos del lote se llevan a cabo ensayos del suelo, pruebas de densidad y verificación de compactación, tareas claves para garantizar que la estructura soporte el peso y el tránsito proyectado. Sin embargo, estos controles han evidenciado diferencias en la calidad del suelo chaqueño, lo que obliga a mayores intervenciones técnicas y ralentiza el avance real.
El Lote 2, financiado por Fonplata y ejecutado por el Consorcio Chaqueño del Norte —integrado por LT S.A., Constructora Heisecke S.A. y Benito Roggio e Hijos S.A.— forma parte de una intervención total de 224 kilómetros. Aunque la obra está bajo supervisión del MOPC, los informes oficiales siguen siendo poco detallados respecto al cumplimiento de cronogramas y metas intermedias.
El sector abarca 59 kilómetros estratégicos para conectar el Chaco con los corredores logísticos de la región. No obstante, comunidades locales y actores técnicos insisten en que la obra requiere mayor seguimiento público, reportes más claros y compromisos firmes para evitar que un proyecto vital para el desarrollo vial del Chaco quede atrapado entre declaraciones optimistas y avances que aún no se reflejan plenamente en el territorio.














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