De acuerdo a los datos suministrados por el presidente de la Cooperativa Neuland, Dr. Andreas Ens, esta gran inversión educativa responde a la visión de la Cooperativa Neuland, que reconoció la urgente necesidad de proporcionar una educación de calidad a una comunidad diversa y en crecimiento. Explicó que el proyecto surgió después de una serie de desafíos en el colegio público “Nuevo Amanecer”, donde la polarización entre padres y profesores dificultaba el normal desenvolvimiento de las clases.

Ante esta situación, que cada día se iba agravando, Ens rememoró que se tomó la decisión de fundar un nuevo colegio que garantizara la estabilidad y la calidad educativa, una tarea que la Cooperativa Neuland asumió con responsabilidad y con una mirada al futuro. Recordó que otra de las razones fue que tampoco podían ejercer el debido control sobre unos G. 2.000 millones que la cooperativa aportaba al mencionado colegio.
Lo que diferencia a este proyecto es la manera en que se alineó con los valores cooperativos: la ayuda mutua, el trabajo solidario y la participación. La comunidad, a través de la Fundación Boquerón, un órgano de la cooperativa, con experiencia en el fomento de la educación, asumió la responsabilidad de crear una nueva institución educativa.
El Dr. Ens comentó asimismo que la infraestructura existente en Neuland, especialmente las instalaciones del Centro de Formación Profesional que no se utilizaban durante el día, se adecuaron para recibir a los estudiantes, lo que permitió que la inversión fuera más eficiente y sostenible.
Manifestó igualmente que la participación activa de los padres de familia también fue fundamental para el éxito de la creación del colegio, teniendo en cuenta que un grupo de padres comprometidos organizó el proceso previo y acompañó la adecuación de las instalaciones, demostrando lo que se puede lograr cuando la comunidad se une con un propósito común. Resaltó que esta colaboración entre los diferentes sectores de la sociedad local es un ejemplo claro de cómo los valores cooperativos trascienden en la práctica.
APOYO
Mencionó que, además de la infraestructura y el esfuerzo comunitario, la cooperativa ha asumido un rol crucial en la financiación y la administración del colegio, que con un presupuesto de G. 1.300 millones para el 2025, la Cooperativa Neuland asegura la sostenibilidad del colegio durante los primeros años. Comentó que la Fundación Boquerón también se ha encargado de emplear a los profesores y el personal administrativo del nuevo colegio, garantizando una gestión eficaz y coherente con los principios cooperativos.
El modelo de costos, establecido con cuotas mensuales moderadas, busca que el colegio sea accesible, sin comprometer la calidad educativa. Con una oferta que abarca desde el preescolar hasta el tercer curso de bachillerato, el colegio no solo promueve la integración social, sino que también se convierte en un punto de encuentro para estudiantes de diversos orígenes, incluidos menonitas, indígenas y otros grupos de la comunidad. “Esperamos que las resoluciones para la habilitación que hemos solicitado al Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) salgan en el transcurso de estos días”, enfatizó Ens.

MÁS ALLÁ DE LO ACADÉMICO
Cabe destacar que el impacto del Colegio 1° de Febrero va más allá de lo académico. Busca convertirse en un punto de integración social, donde conviven diferentes culturas y grupos étnicos, reflejando la diversidad que caracteriza a la región. Las actividades extracurriculares, como ferias culturales y talleres deportivos, jugarán un papel fundamental en la cohesión social, permitiendo que los estudiantes interactúen y desarrollen habilidades que serán esenciales en un mundo cada vez más globalizado.
El testimonio de Andreas Ens resalta el objetivo final de este proyecto: “Este colegio no es solo un edificio con aulas, es una manifestación de lo que podemos lograr cuando nos unimos por un bien común. Es nuestra contribución concreta al desarrollo del Chaco y a la formación de los líderes del mañana”, manifestó.














Dejá tu comentario