Filadelfia, RCC.- Neco Ferreira, Intendente de Bahía Negra comentó que más que nunca la población debe tener conciencia y cuidado, ellos mismos conocen a flor de piel el vulnerable sistema de salud pública con que cuentan por lo que la única herramienta efectiva es la prevención de contagios masivos, «vivimos en un lugar bastante tranquilo, pero tenemos miedo, con esta pandemia cambió bastante el ritmo de vida de la gente y nos adaptamos como podemos», reveló.
Ferreira expresó que la pandemia tuvo efectos colaterales en la gestión municipal, por un lado con la suspensión de elecciones municipales brindó un tiempo extra para culminar e iniciar más obras, sin embargo, con la cuarentena estricta se ha impactado económicamente en el presupuesto, la burocracia se agudizó y recién desde hace unos meses volvieron al «ritmo normal», pero ahora llegaron los primeros casos de COVID-19 y el objetivo es cortar con el contagio comunitario.
El intendente reconoció las debilidades con que cuentan en el área de salud pública, sobre todo la fragilidad para los casos más graves, poseen una clínica propia construida con recursos de la municipalidad, cuenta con la cobertura del IPS dentro de un predio que está en fase de mantenimiento y mejora, «estamos bastante lejos de lo ideal, pero avanzando», indicó.
Mientras la cuarentena causó que disminuyera drásticamente la recaudación municipal, hizo también que las autoridades sanitarias vean como urgencia impostergable realizar inversiones en zonas alejadas, es así que el proyecto de reconstrucción del Centro de Salud de Bahía Negra cobró vida, tras años de estar buscando financiamiento.
«Lastimosamente la enfermedad tuvo que venir a cambiarnos nuestros pensamientos y prioridades», concluyó Ferreira.
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