No es fácil diferenciar cuando uno mismo es orgulloso en el sentido negativo, pero fíjate en estas señales de alerta:
1. Engrandeces tus logros
Cuando uno alcanza algún logro, es normal que se sienta satisfecho consigo mismo y quiera celebrarlo. El problema nace cuando exageramos nuestros triunfos y los hacemos ver más grandes de lo que son.
2. No consideras el esfuerzo de los demás
El éxito que se obtiene al trabajar en equipo es el producto de la colaboración de todos, pero cuando intentas llevarte el crédito por toda la labor realizada, es una clara señal de soberbia. A nadie le gusta ser menospreciado, y cuando te colocas sobre los demás, puedes causar antipatía en otros.
3. Te cuesta ser agradecido
Si te cuesta tener una actitud de agradecimiento; entonces es tu orgullo el que te impide reconocer el esfuerzo y valor de los demás.
4. Piensas que eres irreemplazable
Solo porque seas bueno en lo que hagas, no significa que eres irreemplazable. En alguna parte, hay otras personas que son mejores que tú y que podrían tomar tu lugar; es por ello que pensar que tu equipo puede irse a la ruina sin tu presencia, es un pensamiento irreal y arrogante.
5. No te gusta aprender de otros
La vida del ser humano es un constante aprendizaje y al rechazar la enseñanza de alguien, no sólo estás demostrando ignorancia, sino también orgullo. Nunca niegues la instrucción de alguien, incluso cuando pienses que no podría enseñarte nada. Todos tienen algo que enseñar y algo que aprender.
6. No admites tus errores
Hay dos actitudes que demuestran arrogancia: no admitir los errores, y culpar a otros. Las personas humildes saben admitir su responsabilidad cuando algo sale mal, y es esta conducta la que hace que los demás los admiren y honren.
Si has identificado algunas de estas señales en tu vida, recuerda que todavía puedes dar marcha atrás y aplacar el orgullo. ¡Aún no todo está perdido!
Dejá tu comentario