Si esto no se revierte, los hospitales estarán colapsados no solo por COVID-19, sino también por ACV (accidente cerebrovascular), paro cardíaco, intentos de suicidio y el neuropsiquiátrico se saturará con pacientes atormentados por problemas mentales para quienes el miedo es combustible a sus males; y ni hablemos de la ya tangible tensión social en el aire que seguirá creciendo hasta el descontrol total.
A pesar de que pareciera que nuestra única guerra es contra el COVID-19 en realidad estamos peleando en varios frentes y es indispensable la calma para generar estrategias efectivas para vencer.
Aquí mis sugerencias:
No utilizar el miedo como vehículo de comunicación.
- Que las autoridades del Ministerio de Salud asignen voceros idóneos y respetados en la comunidad para comunicarse con el pueblo.
- Que el Presidente de la República reconozca ante la ciudadanía los errores cometidos y asuma la responsabilidad, que como cabeza de la Nación, le corresponde; a la par que demuestre con acciones una rectificación en las prioridades de su agenda.
- Crear una mesa de diálogo entre todos los sectores afectados por la pandemia a modo de generar una mayor equidad en la absorción del impacto económico creado por esta crisis sanitaria.
- Que se trabaje con las Iglesias para calmar a la ciudadanía y llevar adelante trabajos en equipo, ya que el área espiritual es muy importante para todo ser humano, más aun teniendo en cuenta que el 97% de la población paraguaya profesa la fe judeocristiana.
- Formar, con celeridad, equipos de profesionales de la salud mental para abordar la problemática de la ansiedad y otros síntomas generados en aquellos compatriotas que se encuentran a la espera en los hospitales.
Sin desmeritar a los hoy llamados «héroes de blanco», debemos entender y empatizar con aquellos compatriotas que tal vez están en una situación más precaria que la nuestra, porque ellos son los verdaderos héroes en esta guerra.
Felicitaciones al heroico y sufrido pueblo paraguayo que desde la guerra de la triple alianza viene aguantando la injusticia y la traición. Sé que Dios tendrá compasión y nos dará la victoria.
Que Dios bendiga al Paraguay!
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