Filadelfia,RCC.- La oncóloga Laura Vidal puso manos a la obra para explicar aspectos íntimos de su consulta, como los silencios tras notificar el diagnóstico del cáncer o, por contra, las reacciones de tristeza e ira, a veces más pronunciados por los familiares que por el enfermo.
«Podría parecer que los familiares no sufren y que tengan que aguantar como una roca, pero es normal que se desmoronen, lloren, estén tristes; también hacen su duelo», destaca la doctora.
Una vez recibido el impacto del anuncio del diagnóstico, se inicia un camino difícil en el que se ponen a prueba las relaciones de pareja, familiares o de amistad, que son esenciales para afrontar las limitaciones del tratamiento y los cambios físicos y mentales que sufre el paciente.
«Ante un proceso de quimioterapia, la relación de pareja pasa a ser un aspecto secundario, pero después del tratamiento, con las secuelas, las parejas necesitan un reajuste y existen pocos programas de ayuda psicológica», destaca la oncóloga.
La doctora Vidal también aborda uno de los aspectos más sensibles que pueden marcar la relación del paciente tanto con la familia como con el doctor: la verdad sobre el pronóstico de la enfermedad.
«En cada caso es distinto, hay que conocer a la persona para saber el momento en que el doctor debe dar la información, pero a la larga todo el mundo agradece saber que es una enfermedad grave con la que te puedes morir; te da herramientas para afrontarlo».
El 4 de febrero se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, promovido por La Organización Mundial de la Salud, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) con el objetivo de aumentar la concienciación y movilizar a la sociedad para avanzar en la prevención y control de esta enfermedad.
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