Durante la audiencia de presentación de cartas credenciales, el embajador planteó al presidente Trump la preocupación del Gobierno paraguayo por lo que consideró una “invasión cultural” y un intervencionismo político que se habría profundizado durante la administración demócrata de Joe Biden.
Recordó que le dijo al presidente norteamericano que Paraguay necesitaba un “contrapeso” a las ONGs europeas. “Todos conocen mi posición desde que era senador: hemos sufrido una intromisión cultural y política. Él me respondió que eso no volverá a ocurrir nunca”, aseguró el diplomático compatriota.
El encuentro, calificado por Leite como cordial y político, marca un nuevo tono en la relación bilateral entre Asunción y Washington. Trump habría manifestado su respaldo al Paraguay como un país soberano y aliado estratégico en el hemisferio sur, al tiempo que destacó su compromiso de respetar la autodeterminación nacional.
Consultado sobre el acuerdo migratorio que el Gobierno del Paraguay había firmado con Estados Unidos, particularmente el mecanismo de asilo político que permitiría a ciertos grupos de perseguidos buscar refugio en territorio paraguayo, Leite explicó: “Paraguay va a recibir solamente a quienes decida aceptar, y ante todo a aquellos que compartan sus mismos valores judeocristianos”.
Comentó que actualmente nuestro país ya alberga cerca de 7.000 refugiados y asilados políticos, en su mayoría provenientes de Venezuela y Cuba, casos que fueron gestionados a través de la Comisión Nacional de Refugiados (CONARE).
El embajador explicó que, en el futuro, el proceso será más riguroso y “bajo un mayor escrutinio” para garantizar la seguridad y la coherencia con los valores del país. “Si alguien demuestra que en su país será apresado o perseguido por razones políticas, y comparte nuestra civilización judeocristiana, será analizado su caso. Pero no podemos aceptar a personas que no compartan nuestros valores”, remarcó.
El diplomático insistió en que el Paraguay mantiene su tradición de hospitalidad y asilo humanitario, pero subrayó que el país tiene derecho a definir soberanamente quiénes ingresan y quiénes no a su territorio.
Con la promesa de Trump de no permitir la injerencia de ONGs extranjeras en el Paraguay, el mensaje parece apuntar a una nueva etapa de cooperación basada en respeto mutuo, sin condicionamientos ideológicos.
La declaración del embajador fue contundente: “Trump me aseguró que la administración anterior se había inmiscuido en política interna paraguaya, y me dijo textualmente: eso no volverá a ocurrir nunca”.
La reunión marca así un giro simbólico y político en la relación con Estados Unidos, centrado en la defensa de la soberanía nacional, la protección de los valores tradicionales y la dignidad del Paraguay en el concierto internacional.
