Producto de una exposición crónica al estrés (excesiva demanda de energía, ambiente laboral inadecuado y recursos), el Síndrome de Burnout es una patología multifactorial, resultante del padecimiento de estrés crónico laboral y que puede ser sistematizado en 3 áreas: agotamiento emocional (AE), la despersonalización (DP) y la realización personal (RP). En el Agotamiento Emocional se pueden identificar varios aspectos importantes, por ejemplo la pérdida de la energía o agotamiento, causado principalmente por conflictos personales y carga laboral excesiva, lo que genera problemas en el afrontamiento de tareas en el contexto laboral.
La Despersonalización es un estado psicológico patológico en el que el profesional puede generar actitudes de indiferencia, egocentrismo, desmotivación, entre otras y la Realización Personal que consiste en la disminución o incluso pérdida de autoestima laboral.
El Síndrome de Burnout se presenta con mayor frecuencia en profesionales de contacto directo con personas como el personal de educación, salud, cuidadores, atención al público y asuntos sociales.
Afecta generalmente a personas perfeccionistas o extremadamente responsables y comprometidas. Los profesionales sanitarios son un colectivo que se puede encontrar especialmente afectado por este síndrome debido a su carga laboral, tensiones de tipo emocional, directamente relacionados con el ejercicio de su actividad: horarios de trabajo, atención a enfermos, cercanía con la muerte, demandas de las personas insatisfechas con los servicios recibidos.
Para aclarar este concepto, es importante tener en cuenta la definición de estrés, ya que de su cronicidad depende el desarrollo del burnout. El estrés consiste en una respuesta adaptativa que surge como consecuencia de la exposición a un evento externo demandante, tanto a nivel psicológico como físico, percibido negativamente por el individuo.
El estrés constituye el punto de partida de un proceso continuo que, si no se detiene a través de la implementación de estrategias adecuadas, genera tensión en la persona y en última instancia conlleva al síndrome de burnout. La tensión es el punto donde el nivel de estrés ha sobrepasado el rango de normalidad y pasa de tener una connotación positiva, al contribuir al incremento de la productividad, a una connotación negativa sobre el individuo y su experiencia profesional, lo cual constituye un punto crítico para el bienestar de la persona.
La manera de cuantificar y diagnosticar este síndrome; así como sus componentes es a través de un cuestionario creado por Cristina Maslach en 1986 y que se denomina: Maslach burnout inventory (MBI). Este cuestionario tiene varias versiones aplicables a diferentes poblaciones con diferentes idiomas y ha mostrado confiabilidad y validez. Por estas razones es el que en la actualidad se utiliza con mayor frecuencia para evaluar o medir la intensidad de este síndrome.
Tratamiento:
- Apoyo emocional: relacionado con el afecto, confianza y preocupación que un individuo experimenta proveniente de otro.
- Apoyo instrumental: que son los recursos materiales económicos o de servicio con los que cuenta el profesional.
- Apoyo informativo: que al permite a un sujeto conocer una situación y poseer unos instrumentos para afrontarlo.
- Apoyo evaluativo: que es un comentario de las acciones que el profesional va emprendiendo y le permite procesar su efectividad.














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