Las pantallas (celulares, tablet, computadoras) representan en la actualidad una herramienta de comunicación ultrarrápida y universal por donde pueden transmitirse material de contenido múltiple, de calidad variada y duración indeterminada.
Considerando estas características, se recomienda en el caso de los niños y adolescentes que el uso sea con el objetivo, principalmente educativo, para reforzar el aprendizaje cognitivo y favorezca así, el adecuado desarrollo social de estas franjas etarias.
El uso de las pantallas electrónicas representa para los padres y tutores un verdadero reto para controlar el tiempo que un niño pasa frente a las mismas, los problemas desencadenados por el uso excesivo, así como la exposición a contenidos no adecuados.
Sobreexposición al uso de pantallas puede conducir a varios problemas de salud
– Aumento de peso, generando diferentes grados de obesidad desde edades tempranas.
– Déficit de sueño reparador en tiempo y calidad.
– Trastornos de conducta con irritabilidad.
– Decaimiento.
– Retrasos en el desarrollo del lenguaje y cognitivo que conducen al bajo rendimiento escolar.
– Déficit de atención.
– Trastornos emocionales.
– Adicciones.
– Problemas de autoestima.
El tiempo de exposición a pantallas restringe, asimismo, el movimiento y más aún el desplazamiento de los niños y adolescentes incrementando así el comportamiento sedentario, por lo que es considerado un factor de riesgo que favorece la aparición y desarrollo de las enfermedades no transmisibles más prevalentes como la obesidad, diabetes mellitus Tipo 2 y afecciones circulatorias cardíacas.
Es importante alentar a la práctica de actividades lúdicas y deportivas adecuadas a las capacidades y edades de los niños y adolescentes.
Importancia del juego para el desarrollo del cerebro
Es importante destacar que la ventaja del tiempo de juego no estructurado es más valiosa para el desarrollo del cerebro de un niño pequeño, que los medios electrónicos.
Los niños menores de dos años tienen más posibilidades de aprender cuando interactúan y juegan con sus padres, hermanos, así como con otros niños y adultos.
Tiempo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (2019 y 2020) para el uso de pantallas
– Niños menores de 2 años: nada de pantallas.
– De 2 a 4 años: hasta una hora (60 minutos).
– De 5 a 17 años: no pasar dos horas (120 minutos).
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