Es importante adquirir el hábito de no esperar a sentir sed para consumir agua. La falta de agua puede producir en el organismo, además de la deshidratación, dolor de cabeza, mareos, náuseas y calambres. También, puede generar incremento del nivel de glucemia (azúcar en sangre), en el caso de los diabéticos, ocasionando descompensación y desequilibrio del nivel de presión arterial.
La recomendación es consumir como mínimo ocho vasos de agua potable durante el día para contribuir al buen funcionamiento del cuerpo como:
- Transportar sustancias nutritivas.
- Eliminar las sustancias tóxicas, a través, el sudor y la orina.
- Regular la temperatura del cuerpo, a través de la transpiración.
- Aliviar y prevenir el estreñimiento.
A través del sudor, el organismo pierde una gran cantidad de agua y sales minerales que deben ser repuestas. Esta pérdida se acentúa en épocas de mucho calor, por lo que la hidratación y la buena alimentación juegan un papel fundamental.
A tener en cuenta para aumentar la ingesta de líquidos durante el día:
- Evitar la sensación de sed, bebiendo líquidos de forma regular durante el día.
- Consumir cantidades suficientes de agua antes, durante y después de la actividad física, para prevenir el aumento de la temperatura corporal o golpes de calor.
- Aumentar el consumo de frutas y verduras, por su alto contenido de agua.
- Consumir otros alimentos líquidos, como caldos o sopas, leche o jugos. Tener en cuenta que las bebidas alcohólicas y las que contienen cafeína (café, té, bebidas gaseosas) no ayudan a hidratar el organismo.
- Si bien el tereré refresca con este calor, no cumple con la función de hidratar, debido que la yerba es un componente diurético.














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