Filadelfia RCC: Programas sociales como Tekoporã u otros tienen su lado positivo y negativo, si bien pretenden ayudar a que las familias en estado de vulnerabilidad puedan emplear el monto recibido en alimentos, ropas y útiles para sus hijos, el hecho de que no se garantice el control de su uso propicia a crear un aire de asistencialismo y hasta de clientelismo político.
A pesar de no superar los G. 450mil en cada pago, es un monto que se debería invertir en cosas útiles para los hijos, si bien hay gente que cumple y realiza el gasto como corresponde e invierte el monto en sus hijos, muchos otros no lo hacen.
Desde el 2015 el programa Tekoporã beneficia a los chaqueños, hasta la fecha beneficia a unas 6000 familias y continua subiendo debido al pedido de las comunidades para su ampliación constante.
Macateros presentes en fechas de pago
En Boquerón la cuestión es más atrevida, durante los días de pago de este programa e inclusive antes ya se instala en el sitio una especie de mercado, macateros que venden desde joyas, perfumes hasta juguetes, estimulando a los beneficiarios a malgastar lo poco que recibieron.
Algunas personas inclusive sostienen que supuestamente estos macateros no ingresan gratis a las comunidades, que tienen que pagar un cierto monto a los líderes para poder instalar su puesto, creándose un ambiente de negocio puro.
“A veces yo llego a una comunidad en un día de pago y encuentro un mercado instalado un día antes y le solicitó a los líderes que le diga a los macateros que se retiren del lugar donde se instala el cajero por seguridad y comodidad” explicó Charles Saldívar, coordinador departamental del programa Tekoporã.
Sostuvo que no tienen control sobre el uso que le dan al dinero los beneficiarios de las comunidades indígenas, sin embargo logran observar que cuando hay macateros compran artículos innecesarios o que no tienen nada que ver con el propósito del programa.